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ACNUR pide que se ofrezca más apoyo a los refugiados sirios enfermos de cáncer
Según un artículo publicado por el experto médico de ACNUR, Paul Spiegel, en la revista médica The Lancet, el número de refugiados con cáncer está desbordando la capacidad los sistemas sanitarios de Jordania y Siria.
Paul Spiegel afirma que esta situación está obligando a las oficinas de ACNUR y a sus socios a tomar decisiones dramáticas sobre quiénes reciben o no tratamiento, y hace un llamamiento para que se tomen medidas urgentes para luchar contra el cáncer en las crisis humanitarias.
LONDRES, Reino Unido, 26 de mayo de 2014 (ACNUR/UNHCR) - El experto médico de la Agencia de la ONU para los Refugiados, Paul Spiegel, ha advertido en un estudio publicado por la principal revista médica británica, de que el número de refugiados con cáncer está desbordando la capacidad los sistemas sanitarios de Jordania y Siria.
Paul Spiegel, en la última edición de la revista The Lancet Oncology, afirmaba que esta situación está obligando a las oficinas de ACNUR y a sus socios a tomar decisiones dramáticas sobre quiénes reciben o no tratamiento. Spiegel hace un llamamiento para que se tomen medidas urgentes para luchar contra el cáncer en las crisis humanitarias.
“Podemos tratar todos los casos de sarampión, pero no podemos dar tratamiento a todas las personas que padecen cáncer”, explica el doctor Spiegel, quien ha documentado cientos de casos de refugiados en Jordania y Siria a los que se ha denegado tratamiento para el cáncer debido a la escasez de fondos.
“Tenemos que dejar de atender a los pacientes de cáncer que presentan un mal pronóstico porque los cuidados para ellos son demasiado caros. Después de haberlo perdido todo en su país, estos pacientes se enfrentan a un sufrimiento aún mayor en el exilio, a menudo con un enorme coste emocional y económico para sus familias”, añadió.
Según el estudio publicado en The Lancet Oncology, que se centró en los refugiados en Jordania y Siria desde 2009 a 2012, el número de casos documentados de refugiados con cáncer en la región ha aumentado porque hay más refugiados y porque hay más personas que han huido de países con ingresos medios como Siria.
El cáncer es también un problema creciente entre los refugiados de países en desarrollo, donde tradicionalmente se ha prestado más atención a las enfermedades infecciosas y la malnutrición.
La forma más común de cáncer entre los refugiados es el cáncer de mama, que representa prácticamente una cuarta parte de las solicitudes presentadas en Jordania al ‘Comité de Cuidados Excepcionales’ de ACNUR (ECCpor sus siglas en inglés), que es el encargado de decidir si se financian o no tratamientos caros.
En Jordania, por ejemplo, elECCsólo pudo aprobar 246 de las 511 solicitudes de tratamiento contra el cáncer (el 48%) presentadas por refugiados entre 2010 y 2012. El principal motivo para la denegación fue el pronóstico negativo, lo que significa que el paciente tenía pocas posibilidades de recuperación, por lo que el comité decidió que era mejor emplear los escasos recursos económicos en otros pacientes con mejores posibilidades de supervivencia.
En algunos casos elECCha tenido que rechazar incluso a pacientes con buen pronóstico porque su tratamiento era demasiado caro. El Dr. Adam Musa Khalifa, un médico de ACNUR que forma parte de este comité en Siria, recuerda la historia de una madre iraquí con dos hijos que padecía una forma poco común de cáncer de mama. Tuvo que dejar su tratamiento en Irak por la inseguridad, pero su terapia era demasiado cara para que pudiese continuarla en Siria. El coste de un tratamiento de cáncer en algunos casos puede ascender hasta a 21.000 dólares.
“Tenemos que tomar decisiones angustiosas sobre las personas que debemos ayudar” dice el Dr. Khalifa, coautor del artículo. “Algunos pacientes tienen buen pronóstico pero el coste del tratamiento es demasiado alto. Estas decisiones nos afectan a todos psicológicamente”.
Los sistemas de salud pública en Siria y Jordania están saturados y los centros privados son insuficientes. Las organizaciones internacionales han ayudado a ampliar las instalaciones y a pagar al personal y los medicamentos, pero esto no es suficiente, advierte el artículo del The Lancet Oncology.
Los refugiados con cáncer a menudo ven sus tratamientos interrumpidos por la inseguridad en sus países. En Siria, por ejemplo, muchos hospitales han quedado destruidos o han sido cerrados y los médicos especialistas han huido.
“El informe publicado en The Lancet no deja ninguna duda de que el cáncer es un importante problema de salud entre los refugiados”, afirma el Dr. Spiegel. “Tenemos que encontrar formas mejores, en colaboración con los países de acogida, para financiar la prevención y el tratamiento”.
Los nuevos enfoques podrían incluir campañas de información, itinerantes y online, centradas en la salud preventiva, así como nuevos modelos de financiación, como las microdonaciones o incluso seguros de salud. Todas las medidas deberán incluir a los sistemas de atención sanitaria existentes en los países de asilo en su conjunto, a fin de evitar desigualdades entre las comunidades de acogida y los refugiados.
El informe completo está disponible en: http://www.thelancet.com/journals/lanonc/article/PIIS1470-2045(13)70067-1/abstract