En la actualidad se calcula que el 43% de nuestra salud depende de nuestro estilo de vida, un 27% está relacionado con nuestra biología y el 30% restante se asocia con factores medioambientales y con el sistema sanitario de cada país[1]. El estilo de vida es el mayor determinante para el desarrollo de algunas patologías en el futuro y la mayoría de españoles es consciente de ello, aunque no todos toman nota y lo aplican en su vida diaria. Ejemplo de ello es que el 90% de los españoles cree que llevar unos hábitos de vida más saludables ayudaría a envejecer de forma menos drástica y activa, lo que reduciría los costes derivados de la senectud y el deterioro físico en la sanidad pública, tal y como se extrae de los datos del XIII Panel de Hábitos Saludables de Herbalife Nutrition.

Es bien sabido que nutrición y deporte son los pilares en los que se fundamenta un estilo de vida saludable. La práctica deportiva mejora las funciones cardiorrespiratorias y musculares, así como la salud ósea. A la vez, también reduce el riesgo de enfermedades no transmisibles y el riesgo de presentar un cuadro de depresión. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dedicar un mínimo de 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica moderada o 75 minutos si ésta es una actividad intensiva, además de realizar actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares dos o más veces por semana. Sin embargo, según el estudio realizado por Herbalife Nutrition, el 40% de los españoles practica deporte menos de una vez a la semana y muestra que a medida que se incrementa el tiempo semanal dedicado por los españoles a practicar deporte los porcentajes obtenidos son cada vez menores. Ejemplo de ello es que solo el 29% de los españoles afirma realizar deporte una o dos veces por semana, el tiempo mínimo recomendado por la OMS. Menos son todavía los que superan esta recomendación: el 22% dice hacer deporte entre 3 y 4 veces por semana, el 8% casi todos los días y menos del 1% practica deporte varias veces al día.

La falta de actividad física y las dietas insalubres son dos de los principales factores de riesgo para la salud. Una dieta saludable no sólo ayuda a protegernos de la malnutrición, sino que también tiene un papel fundamental a la hora de evitar enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardiopatías o los accidentes cerebrovasculares, entre otras. Además, es importante tener en cuenta que la ingesta calórica debe estar en consonancia con el gasto calórico, es decir, hay que comer en proporción con la actividad física que realizamos.

5 consejos para lograr un estilo de vida saludable a través de la nutrición y el deporte:

-          Incluye cinco piezas de fruta y verdura al día en tu dieta: algunos trucos para favorecer su consumo se basan en incluir verduras en todas las comidas, ya sea como acompañamiento o a modo de plato principal, o en comer frutas frescas y verduras crudas como aperitivos. Los crudités (verduras u hortalizas frescas crudas cortadas en tiras) son un tentempié delicioso y fácil de preparar. Los más populares son los de zanahoria, pepino, pimiento o apio pero escoge el que más te guste y ¡a disfrutar!

-          Reduce el consumo total de grasa a menos del 30% de tu ingesta calórica diaria: esto no sólo te ayudará a prevenir el aumento de peso, sino también a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Para ello evita el ingerir alimentos procesados con grasas tipo trans y reduce el consumo de grasas saturadas presentes en alimentos como los helados y las carnes grasas. A la hora de cocinar, separa la parte grasa de la carne, utiliza aceites de origen vegetal y opta por cocinarlos mediante cocción, al vapor o al horno, en vez de freírlos.

-          Menos sal y sodio pero más potasio: a menudo no somos conscientes de la sal que consumimos, la mayoría procedente de alimentos procesados o de condimentos. Para reducir el consumo de sal elige productos con menor contenido en sodio, reduce el consumo de aperitivos salados y evita añadir sal o salsas saladas como la soja a la hora de cocinar. A la hora de comer, un truco sencillo es no poner sal en la mesa. Si quieres añadir sabor a tus platos, opta por acompañamientos de verduras salteadas, que te ayudarán a incrementar el consumo de potasio.

-          Reduce la ingesta de azúcar libre: es decir, limita el consumo de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar como bebidas azucaradas, aperitivos azucarados y golosinas. Una forma fácil de conseguirlo es optar por frutas y verduras frescas en vez de aperitivos azucarados cuando te apetezca algo de dulce.

-          Evita el sedentarismo: saca tiempo para practicar algo de deporte ya sea por libre o participando en alguna actividad dirigida. Si la falta de tiempo libre es tu principal enemigo, aprovecha los desplazamientos para hacer ejercicio físico cambiando el coche por la bicicleta o desplázate caminando.

REFERENCIAS

[1] Lalonde, M. (1981). A new perspective on the health of Canadians. A working document. Ottawa: Minister of Supply and Services Canada.