Notas de prensa
- Reproducción asistida
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La ausencia de pareja, razones profesionales y económicas, principales causas por las que se acude a un tratamiento de congelación de óvulos
IRAGA, Unidad de Reproducción Asistida de La Rosaleda, en Santiago de Compostela, inicia una campaña para dar a conocer el tratamiento de la vitrificación de óvulos, una opción para mujeres que quieren preservar su fertilidad para el futuro.
La vitrificación permite congelar los óvulos de una mujer para que los pueda utilizar cuando decida ser madre. Este procedimiento ofrece unas tasas de embarazo similares a las que se obtienen con óvulos en fresco.
“Desgraciadamente, la mayoría de las mujeres tienen una idea errónea acerca del límite superior de edad para la concepción natural y creen que es fácil quedarse embarazada por encima de los 38 años. No lo es; y resulta muy difícil después de los 43 años, incluso con técnicas de reproducción asistida con óvulos propios”, indica el doctor José Codesido, director de IRAGA.
Existe una amplia variedad de situaciones en las que es recomendable el realizar la vitrificación.
- Médicas, como la extirpación de un ovario o el enfrentarse a un tratamiento oncológico que produce daños en los óvulos
- Ser una mujer joven, con o sin pareja, que desea aumentar las posibilidades de una futura maternidad
- Ser paciente en una Fecundación in Vitro FIV donde no se obtenga muestra de semen el día de la captación ovocitaria
- Donaciones de ovocitos sin receptora sincronizada. Con la vitrificación se preservan los ovocitos hasta que la receptora tenga su endometrio preparado y decida hacer el tratamiento.
- Para aumentar las posibilidades de embarazo en mujeres con poca reserva ovárica.
- Pacientes que, por distintas razones, sean contrarios a la criopreservación de pre embriones humanos.
Desde IRAGA se avanza que las razones que dan los pacientes para congelar los óvulos son combinadas, pero destacan sobre todo tres factores: la ausencia de pareja (80%), razones profesionales (25%) y económicas (15%).
Tras la vitrificación, sobreviven entre el 90 y el 95% de los ovocitos, con una alta tasa de fertilización y de gestación. Aunque la vitrificación de óvulos ofrece buenos resultados, estos van ligados a la edad de la mujer en el momento de la vitrificación, que determinará el número de los óvulos como su calidad.
Lo óptimo es realizar esta táctica antes de los 37-38 años. Si se realiza a edades más avanzadas la eficacia de los resultados desciende al igual que la fertilidad natural.
En palabras del doctor José Codesido: “La planificación de la fertilidad tiene que hacerse a edades tempranas. El momento óptimo para la congelación de óvulos es antes de los 30 años. Sin embargo, el 41% de las mujeres que piden vitrificar sus óvulos para preservar su fertilidad lo hacen cuando ya tienen 40 años”.
“Lo habitual es que en una mujer con buena reserva ovárica se obtengan en torno a una docena de óvulos. Se necesita un mínimo de ocho ovocitos de calidad para obtener unas tasas de éxito razonables en las menores de 35 años; a partir de los 36 años ese número se puede individualizar; y a partir de los 43 años ya es inviable, pues se necesitarían unos 70 óvulos para tener posibilidades de éxito”, señala María José López Rubira, embrióloga y directora del laboratorio de IRAGA.
El procedimiento de vitrificación de óvulos
El primer paso para la vitrificación es la extracción de los óvulos mediante un proceso de estimulación ovárica, seguido de la correspondiente punción y recuperación de los ovocitos.
Una vez se han obtenido los óvulos maduros, la congelación de los mismos se realiza mediante vitrificación, que es una solidificación celular a bajas temperaturas y en poco tiempo sin que haya formación de hielo. Para lograrlo se utilizan crioprotectores celulares que evitan la rotura de las membranas del ovocito.
Pasado el tiempo, si se desea, se procederá a la descongelación de los ovocitos y posterior fecundación de los mismos mediante microinyección espermática (ICSI).
Los embriones seleccionados son transferidos al útero sin necesidad de someter a la mujer a tratamientos de estimulación hormonal
Donación de óvulos en IRAGA Unidad de Reproducción Asistida La Rosaleda.
Iraga Unidad de Reproducción Asistida La Rosaleda también puso en marcha una campaña a favor de la donación de óvulos, haciendo un llamamiento a mujeres de entre 18 y 35 años para que se solidaricen con otras mujeres que buscan formar una familia.
La donación es un proceso anónimo y altruista, que dura alrededor de un mes, prácticamente sin riesgos ni efectos secundarios. Las pacientes, en IRAGA, cuentan siempre con la atención constante por parte de su equipo especializado.
La fecundidad es un bien perecedero, que a partir de los 35 años empieza a perderse. Actualmente existe una lista de espera para las mujeres que no pueden concebir hijos por sí mismas y que necesitan óvulos en sus tratamientos de reproducción.
La donación de óvulos es un procedimiento desinteresado que atiende a criterios de similitud entre donante y receptora y urgencia. Sin embargo, la Ley establece una contraprestación económica para las donadoras por los desplazamientos y molestias causadas.
Equipo y servicios de IRAGA, Unidad de Reproducción Asistida La Rosaleda
IRAGA Unidad de Reproducción Asistida La Rosaleda lleva desde el año 2000 ayudando a mujeres a cumplir su sueño de ser madres. Sus instalaciones se encuentran en Santiago de Compostela, donde ofrece un servicio integral.
El centro siempre ha destacado por la innovación y sus tasas de éxito, superiores a las tasas marcadas por ASEBIR (Asociación Española por el estudio de la Biología Reproductiva).
Cuenta con departamentos de ginecología, psicología y embriología. En el centro, además de vitrificación y donación de óvulos y de ofrecer un amplio catálogo de opciones para los pacientes que desean ser padres, se realiza ecografía en 4D.
IRAGA forma parte de Anacer, Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida, red de referencia de las clínicas de reproducción asistida en España, de la que es presidente el doctor José Codesido, el director del centro gallego.
Todos sus servicios e instalaciones están avalados por un sistema de gestión de la calidad refrendado con el sello ISO 9001.