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Mujeres con el VIH y violencia de género: una relación bidireccional
- La violencia de género aumenta considerablemente el riesgo de infección debido al miedo a las consecuencias de oponerse a una relación sexual no deseada, al temor al rechazo si intenta negociar relaciones sexuales más seguras, y a la manipulación emocional a la que se pueden ver sometidas.
- Además, algunos estudios señalan que la intensidad y gravedad de los abusos son más severos en los casos de violencia de género hacia mujeres con el VIH.
- CESIDA exige al Gobierno en el Día Internacional de las mujeres, que implemente los contenidos de la Ley de Salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo para que el derecho a la salud sexual sea real y efectivo.
Madrid, 7 de marzo de 2013.- En el Día Internacional de las Mujeres, la Coordinadora Estatal de VIH-Sida, CESIDA, quiere destacar la vinculación que hay entre la violencia de género y la infección por el VIH. En este sentido, la relación es bidireccional ya que, según el documento sobre la Asistencia en el ámbito sanitario a las mujeres con infección por el VIH, elaborado por el Grupo de estudio de sida (Gesida) y la Secretaría del Plan sobre el Sida, el funcionamiento de las relaciones abusivas de género incrementa la vulnerabilidad de las mujeres a infectarse y, al mismo tiempo, las mujeres con el VIH son más vulnerables a la discriminación y a ser objeto de violencia tras comunicar el diagnóstico positivo a sus parejas.
La violencia de género suele estar asociada, además de a las agresiones físicas, a la violencia psíquica y a la violencia sexual. Montse Pineda, vocal de la Comisión Permanente de CESIDA, señala que “en especial en las agresiones sexuales es donde se puede identificar un mayor riesgo de infecciones, porque implica algunas prácticas sexuales de mayor riesgo, tanto a la exposición del VIH como a otras Infecciones de Transmisión Sexual, de las que la mujer no puede protegerse. Por este motivo es imprescindible el acceso a los protocolos de post exposición en agresiones sexuales en todas las Comunidades Autónomas”.
En este sentido, CESIDA insiste en que la principal estrategia para prevenir la infección por VIH y otras ITS es la promoción de la salud sexual y la educación sexual en la escuela, incluyendo en las actividades de educación para la salud, la educación para la igualdad entre mujeres y hombres como forma de favorecer cambios en los modelos y roles de género, que reducen los contextos de vulnerabilidad y los comportamientos de riesgo de las personas, aumentando las medidas de prevención desde una sexualidad más responsable y placentera. Montse Pineda lamenta la escasa implicación de las Administraciones Públicas en programas de promoción de la salud sexual y prevención del VIH, porque “la desigualdad de poder entre los hombres y las mujeres es clave para dar respuesta al VIH y sida, por ello es necesario abordar en las estrategias de prevención, las normas y mandatos que sitúan a las mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad”.
En la actualidad se han desarticulado programas de formación específicos que las entidades que trabajan en el ámbito de VIH y sida estaban realizando para profesionales, con el fin de sensibilizar sobre el impacto de la violencia de género en la epidemia del VIH.