Madrid a 19 de Junio de 2008.- Cuando llega la temporada estival te preparas haciendo la operación bikini, te bronceas protegiéndote del sol, pero? ¿sabías que en verano tienes que proteger también tus oídos? Los baños en las playas, en las piscinas, en los pantanos, en los ríos... aumentan las otitis externas, inflamaciones del oído y otras patologías, afecciones que contribuyen a que se incremente el riesgo de padecer un problema auditivo hasta un 50%. Además, las piscinas con productos químicos como el cloro, la arena de playa, las altas temperaturas, el condenado uso de los bastoncillos de algodón, los audífonos y los dispositivos de manos libres, provocan un aumento de la producción de cerumen, que de manera natural segrega nuestro oído para protegerse, acrecentando la posibilidad de formación de tapones que, sumados a la humedad continua de nuestros oídos en el agua, favorecen las infecciones óticas.

Por tanto, los mayores enemigos para nuestros oídos en verano son el calor y la humedad, ya que debido a las altas temperaturas y a las humedades de aguas contaminadas o poco higiénicas a la que nos exponemos, se da una mayor proliferación de bacterias y hongos causantes del incremento de problemas en los conductos auditivos, que cada año afectan a uno de cada 200 españoles. Por esta razón la prevención con una limpieza constante en verano se convierte en nuestro principal objetivo y los difusores de agua marina un objeto imprescindible de incluir en las maletas.

?Sobre todo en verano la formación de microambientes favorece a la aparición de otitis externas. Audimer es un sistema que permite prevenir estas patologías, además supone el lavado del oído apto para todo el mundo y retira periódicamente el exceso de cerumen, el polvo del exterior y los restos de la piel del conducto auditivo externo para evitar su acumulación y la formación de tapones de cera? según declara el Dr. Miguel Caballero otorrinolaringólogo del Hospital Clínic de Barcelona.

Si desconocemos o no aplicamos las precauciones y las prácticas recomendadas por los expertos, los tapones pueden convertirse en un serio problema, causantes de infecciones y otras patologías que podrían ciertamente aguarnos las vacaciones. Así, si sientes disminución de la audición, sensación de taponamiento, molestias, ruidos, mareos y vértigos o picor en el oído, entre otros síntomas, se debe comenzar por informarse, preguntar a nuestro farmacéutico o médico de cabecera y automatizar un hábito correcto, pues de antemano el mejor tratamiento es una buena higiene para evitar su aparición.

Según el Estudio Audimer sobre Hábitos de Higiene del oído, cada día ponemos en peligro los oídos por puro desconocimiento. Una horquilla del pelo, la uña, la tapa del boli o utensilios tradicionales como el bastoncillo son los métodos más utilizados por los españoles para limpiarse los oídos, a pesar de los riesgos que pueden desentrañar para la salud. En contraposición a estos procedimientos, ha quedado demostrado que la forma de higiene más eficaz y segura de prevenirlos y tratarlos son los difusores de agua marina.

En verano, las personas que ya han padecido problemas de oído, y sobre todo los niños, las personas mayores que utilizan prótesis auditivas y los nadadores, deben estar más atentos y conocer una buena higiene preventiva. Además de la limpieza periódica de los oídos, también se aconseja que durante la inmersión en el agua los cubran siempre con bandas de neopreno o que utilicen tapones.

Otro beneficio del uso de los difusores es que evitaremos el mal aspecto estético que provoca la cera amarillenta expulsada y acumuladas en los orificios de nuestros oídos. Aunque el cerumen ótico es el sistema de defensa del oído externo para evitar infecciones, cuando estas secreciones se vuelven abundantes y se mezclan con otras sustancias como los restos de piel del conducto se forman los tapones de cera a los que todos estamos expuestos.

Este tipo de difusores permite particularmente la introducción del agua marina natural en la parte más profunda del oído externo, lo que evita el impacto de los restos de piel y cerumen en el tímpano que produce las pérdidas de audición. Este sistema delicado y seguro elimina el riesgo de lesiones del conducto auditivo externo y de perforaciones del tímpano que es con lo que se encuentran habitualmente los otorrinolaringólogos como consecuencia de la mala higiene y el uso de los bastoncillos de algodón.

Las estadísticas son claras, según el Estudio Audimer sobre Hábitos de Higiene del Oído, el 48% de los españoles ha sufrido tapones en los oídos al menos en una ocasión, y cerca de un millón y medio padece problemas auditivos. Otras alternativas a los malos hábitos a lo que se recurren son por ejemplo el sencillo uso de agua con jabón y una toalla. Sin embargo, esto sólo permite la limpieza de la parte más externa del oído. La alternativa más saludable son los difusores de agua marina, como Audimer. Para un correcto hábito de higiene se recomienda aplicar el agua marina con propiedades terapéuticas 2 o 3 veces por semana.

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