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Estudio presentado en el Congreso Americano de Cardiología refuerza la nueva forma de abordar los primeros momentos de infarto de miocardio desarrollada por científicos españoles
Una nueva forma de abordar el infarto agudo de miocardio (IAM) en sus primeros momentos basada en estudios realizados por investigadores españoles de la ahora denominada RIC (Red de Investigación Cardiovascular) fue presentada hace meses y recomendada por las Guías de Actuación en IAM de la Sociedad Europea de Cardiología y American College of Cardiology/American Heart Association.
En la sesión plenaria del Congreso Anual del Colegio Americano de Cardiología que se está celebrando en estos días, se ha presentado ahora el estudio STREAM, desarrollado por un grupo multidisciplinar de investigadores internacionales, publicado en la revista New England Journal of Medicine y que ratifica el procedimiento ideado por los investigadores españoles.
STREAM es un estudio realizado para optimizar el manejo del infarto agudo de miocardio en sus primero momentos, buscando estrategias que reduzcan los retrasos en la aplicación de las medidas de reapertura de la arteria coronaria cuya oclusión ha producido el infarto ("arteria culpable"). Cada minuto de retraso en la aplicación de estas medidas tiene un altísimo impacto en la mortalidad a corto y largo plazo de estos pacientes.
Según explica el Prof. Francisco Fernández-Avilés, Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón y Coordinador de la RIC, “El tratamiento ideal del IAM es conseguir la apertura de la arteria culpable y desobstruirla mecánicamente con un pequeño balón para luego introducir un stent (angioplastia primaria). Pero esta técnica, además de compleja, requiere hospitales con altas dotaciones tecnológicas y equipos muy entrenados, lo cual, globalmente, sólo está al alcance de menos de la mitad de los pacientes que sufren un infarto. Además, frecuentemente se realiza con un retraso superior al recomendado, lo que perjudica muy seriamente al pronóstico de estos pacientes. Por ejemplo, se ha demostrado que por cada 10 minutos de retraso en la angioplastia la mortalidad del infarto se incrementa en un 10%”.
El estudio STREAM compara la angioplastia primaria con otra estrategia llamada reperfusión fármaco-invasiva y que consiste en administrar inmediatamente un trombolítico para abrir la arteria, antes de trasladar al paciente a un hospital con capacidad de realizar angioplastia para completar el tratamiento con la reparación definitiva de la arteria coronaria culpable.
“La principal ventaja de esta estrategia es ser una alternativa excelente a la angioplastia primaria para aquellos pacientes que por motivos logísticos no tienen acceso a la angioplastia primaria” comenta Fernández-Avilés para quien “Estos pacientes se tratarían inmediatamente con un trombolítico y se podrían desplazar después de forma no urgente a un centro de su localidad o de otra para completar el tratamiento. Por otra parte, cuando existe posibilidad de realizar angioplastia primaria pero ésta no puede hacerse en el tiempo establecido, la estrategia farmaco-invasiva permite abrir la arteria inmediatamente con el trombolítico, lo que debe completarse obligatoriamente realizando en todos los casos un cateterismo y si es necesario reparando el árbol coronario definitivamente mediante stent o revascularización quirúrgica”.
En el STREAM han participado 1.892 pacientes que fueron identificados por los servicios médicos antes de que transcurriesen 3 horas desde el comienzo del infarto, en los que se sabe que los trombóliticos son muy eficaces. A esto pacientes se les asignó angioplastia primaria o reperfusión fármaco-invasiva y se ha comparado su evolución en los 30 días siguientes en términos de muerte, re-infarto, fallo cardiaco o shock. El tromobolítico utilizado fue tenecteplase (TNK), de alta eficacia y muy secillo de administrar.
El resultado ha sido que los pacientes asignados a la estrategia fármaco-invasiva tienen menos incidencia de muerte, fallo cardiaco o reinfarto en comparación con los asignados aunque con una incidencia ligeramente superior de hemorragias, que desaparece cuando se redujo a la mitad la dosis de trombolítico en pacientes mayores de 75 años. De hecho, cuando se analizan los resultados después de esta reducción de dosis, la diferencia a favor de la estrategia fármaco invasiva es claramente significativa.
Para Fernández-Avilés “Estos hallazgos son de una enorme importancia clínica y de planificación sanitaria, ya que demuestran fehacientemente que existe una excelente estrategia alternativa a la angioplastia primaria de la que se pueden beneficiar aquellos pacientes que no tienen acceso a la angioplastia primaria y también aquellos casos con acceso pero en los que se prevé un retraso inaceptable. Todo ello refuerza las recomendaciones de las guías de actuación más relevantes (Sociedad Europea de Cardiología, American College of Cardiology/American Heart Association) y debe tenerse muy en cuenta tanto por los médicos que atienden a este tipo de enfermos en los servicios de urgencias hospitalarios o móviles (112, SUMMA, SAMUR, etc) como por los planificadores sanitarios encargados de organizar redes locales para la atención del infarto”.
También es una excelente noticia para la antes RECAVA y ahora denominada Red de Investigación Cardiovascular (RIC) del Instituto de Salud Carlos III, porque la definición y desarrollo de la estrategia fármaco-invasiva, que ya recogen las guías y ahora consagra el estudio STREAM, ha sido uno de los logros más importantes de esta red que desarrolló los estudios GRACIA (Grupo de Análisis de la Cardiopatía Isquémica Aguda).
Los estudios GRACIA 1, 2 y 3 incluyeron más de 1500 pacientes, con resultados publicados en las revistas como Lancet o European Heart Journal, demostrando que la estrategia fármaco invasiva es segura y eficaz.
En este momento la RIC está desarrollando el estudio GRACIA-4, muy similar al STREAM pero centrado en pacientes con infarto que son identificados con más de 3 horas desde el comienzo de los síntomas.