El cáncer de pulmón es uno de los tumores con mayor incidencia y es responsable de los mayores índices de mortalidad oncológica a escala mundial1. Concretamente el CPNM con mutación positiva del EGFR supone un importante desafío clínico ya que la enfermedad progresa en gran parte de estos pacientes debido a la mutación T790M, una alteración que se relaciona con la adquisición de resistencia al tratamiento inicial con un inhibidor tirosina quinasa del EGFR.

En palabras de la Dra. Rosario García Campelo, oncóloga en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña y una de las ponentes de la Jornada, “Optimizar la secuencia de los tratamientos, es decir, buscar el fármaco adecuado para cada momento e intentar que el enfermo reciba el mayor número de estrategias terapéuticas eficaces es clave para los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) avanzado”, especialmente, añade, “en aquellos pacientes con mutaciones genéticas potencialmente tratables en los que la expectativa de vida es superior”.

La oncóloga señala que para ello “es determinante establecer cuál es la mejor secuencia terapéutica, y la respuesta probablemente venga de la mano de la biología tumoral y molecular de cada tumor, es decir, las características que lo hacen especialmente sensible a una u otra estrategia terapéutica, sus mecanismos de resistencias, etc”. Otro de los grandes retos, explica de la experta, es “implementar la nuevas metodologías de secuenciación genética en el sistema sanitario”.

Esquemas de tratamiento
En la Jornada también se ha analizado el algoritmo terapéutico de tratamiento del adenocarcinoma pulmonar, el tipo de cáncer de pulmón más frecuente. Se ha destacado el potencial de los antiangiogénicos en segunda línea de tratamiento especialmente en aquellos pacientes en los que la quimioterapia no ha dado resultado.

En palabras del Dr. Sergio Vázquez, Jefe de servicio en el Hospital Universitario Lucus Augusti de Lugo y ponente de las jornadas, los principales retos son: “La caracterización molecular para encontrar más mutaciones tratables para personalizar los tratamientos y definir bien el perfil de pacientes que se pueden beneficiar de la inmunoterapia”. Este último aspecto es importante puesto que no todos los pacientes se benefician de esta terapia y entre las alternativas, según ha señalado el experto, “destacan los tratamientos inhibidores de la angiogénesis que combinan docexatel y nintedanib en segunda línea”.

El papel del farmacéutico en el tratamiento del cáncer de pulmón ha sido otro de los temas abordados en la Jornada. “Estos profesionales tienen un papel básico. Actúan de filtro, evitando errores, aconsejan a los pacientes sobre las posibles toxicidades de los tratamientos o de las interacciones con otros fármacos y, finalmente, también ayudan a que los pacientes cumplan con los tratamientos prescritos”.

En Galicia se diagnosticaron 2.000 casos nuevos de cáncer de pulmón el año pasado y se registraron más de 1.600 defunciones por esta dolencia.