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Investigan bacteriófagos para combatir infecciones dentales
Cada año, las infecciones multirresistentes matan a más de 50.000 personas en Europa y en los EE.UU., y a centenares de miles en todo el mundo. Según el informe sobre resistencia a antimicrobianos encargada por el primer ministro británico en 2014, si no se pone remedio, en 2050 este problema podría llegar a provocar 50 millones de muertes y costar 100 billones de dólares.
Bacterias multi-resistentes
Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel) están experimentando con virus bacteriófagos para combatir un tipo de bacteria resistente a los antimicrobianos que entre otros problemas provoca infecciones en piezas dentales. Los bacteriófagos, como su nombre indica, son virus que se alimentan de bacterias. Se encuentran en todas partes, incluyendo los ríos, el suelo, alcantarillas y en el cuerpo humano, pero sobretodo se encuentran en el agua de mar. Desde su descubrimiento, a comienzos del siglo XX, los bacteriófagos han sido empleados como tratamiento alternativo a los fármacos antibióticos. Aunque desde los años veinte fueron empleados intensivamente en la Unión Soviética, la investigación de las terapias a base de bacteriófagos fue abandonada en occidente tras la aparición de los antibióticos.
Hasta hace pocas décadas, los antibióticos estándar eran el arma definitiva contra los antibióticos. Irónicamente, su uso en masa y durante décadas ha llevado, por un proceso de selección natural, a la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos. Los nuevos patógenos han desarrollado mutaciones genéticas que les permiten resistir antimicrobianos que antes podían eliminarlos con facilidad. Uno de tales patógenos es Enterococcus faecalis, una bacteria presente en el tracto gastrointestinal humano. Este patógeno causa diversas afecciones, que van desde la endocarditis (una infección cardíaca potencialmente fatal) hasta bacteremia (presencia de bacterias perjudiciales en el torrente sanguíneo), pasando por infecciones de las vías urinarias, meningitis, o infecciones dentales. E. faecalis es altamente resistente y especialmente difícil de atacar. Suele asociarse a infecciones persistentes en tratamientos del nervio de piezas dentales. En un 20-33% de casos estas infecciones persisten y vuelven a presentarse, lo cual refleja las limitaciones de los tratamientos disponibles en la actualidad.
Terapia con bacteriófagos: el EFDG1
Una de las alternativas que están siendo consideradas contra esta bacteria es la terapia con bacteriófagos. Los bacteriófagos juegan un papel primordial en el equilibrio natural: coevolucionan con sus presas para ser eliminadores de bacterias altamente precisos y efectivos. Investigadores de de la Universidad Hebrea de Jerusalén han identificado un método para emplear bacteriófagos contra E. faecalis. Los investigadores aislaron un bacteriófago anti-E. faecalis a partir de aguas residuales extraídas de las alcantarillas de Jerusalén. El bacteriófago, denominado EFDG1, puede infectar y matar la cepa V583 de E. faecalis, que es resistente a la vancomicina, el antibiótico más efectivo en la actualidad contra esta bacteria. EFDG1 se mostró altamente eficaz contra E. faecalis, tanto contra su forma de cultivo líquido como de biopelícula. Esta última forma es especialmente difícil de tratar.
Con el fin de examinar si EFDG1 es seguro para combatir infecciones de E. faecalis en humanos, los investigadores buscaron genes potencialmente peligrosos por medio de un examen con microscopio electrónico seguido por la secuenciación de su genoma completo. Los investigadores no hallaron genes aparentemente peligrosos; además, también descubrieron que este virus pertenece a la subfamilia Spounarivinae de los bacteriófagos Myoviridae, que incluyen otros prometedores candidatos para uso terapéutico contra patógenos Gram positivo.
Los resultados de este estudio se publicarán en el número de abril de 2015 de la revista Applied and Environmental Microbiology.
Más información sobre bacteriófagos en medicina21:
Los virus, aliados en la guerra contra las enfermedades infecciosas (30 de marzo de 2012).