Notas de prensa
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La cirugía oral y maxilofacial permite recuperar la mayoría de las parálisis faciales
• Nuevas técnicas de monitorización, el uso de injertos y los nuevos materiales de entubación mejoran el resultado
• Si el traumatismo es penetrante, como en heridas por arma blanca, disparo o asta de toro, en la mitad de los casos se produce una parálisis del nervio facial
Madrid, 28 de noviembre de 2011. Las intervenciones sobre el nervio facial permiten recuperar cerca del 80 % de las parálisis faciales tras un traumatismo, como en el caso del torero Juan José Padilla, según el doctor Alberto García-Perla, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), que dirigió la operación en el Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla. Entre las causas más comunes de sección del nervio facial se encuentran, asegura, accidentes de tráfico, violencia machista, peleas con navajazos y "en un número creciente, precipitados de altura", montañistas o aficionados al senderismo.
La recuperación de la parálisis se consigue en un periodo medio de 4 a 6 meses. "Los porcentajes de reconstrucción del nervio se han incrementado debido al uso de técnicas de monitorización, de nuevas técnicas de injerto e incluso de nuevos materiales de entubación", explica el doctor García-Perla. Así, un estudio del Hospital Saint John, en Escocia, publicado el pasado mes de agosto en la revista Laryngoscope demostró que el uso de un material biodegradable para entubar el nervio facial permitía repararlo sin suturas y con una mayor velocidad de conducción del impulso nervioso.
"Tras un traumatismo grave la localización del nervio facial no siempre es posible con la simple visión del cirujano oral y maxilofacial, aunque sea aumentada", comenta el doctor García-Perla. Técnicas como la electroneurografía, la tomografía computerizada de alta resolución, la resonancia magnética y, sobre todo, la electromiografía permiten detectar el nervio y, en el caso de esta última, monitorizar las diferencias en el potencial eléctrico del nervio. El uso del electromiograma, según se ha observado en diferentes estudios, ha permitido alertar al cirujano de la localización del nervio en un 93 % de los casos, según una revisión de estudios del Departamento de Otorrinolaringología de la Universidad de Texas. Su tasa de error es de un 4% mientras que el del tradicional sensor de tensión o presión es del 21 %.
Arma blanca, disparo y asta de toro causan más parálisis
Un 5 % de todos los traumatismos ocasionan fracturas del hueso temporal, que son la principal causa de parálisis del nervio facial, según esta revisión de estudios. Si la fractura es longitudinal, lo que ocurre entre el 70 y el 80 % de los casos, una cuarta parte de los pacientes sufren una parálisis del nervio facial. Si ésta es transversal, lo que suele suceder por un golpe frontal u occipital, la mitad de los accidentados sufre una parálisis facial. Cuando el traumatismo es penetrante, como ocurre con heridas por arma blanca, disparo o asta de toro, en la mitad de los accidentados se produce una parálisis del nervio facial.
El grado de conservación del nervio determina el resultado de la reconstrucción. El injerto de nervios de otras partes del cuerpo, como el sural (utilizado en el caso del torero Juan José Padilla) es la técnica que se ha convertido en estándar, según el doctor García-Perla. Cuando las porciones distales y proximales del nervio están disponibles cerca del 95 % de los pacientes que se someten a injerto recuperan algún tipo de funcionalidad en el rostro, y en tres cuartas partes de los casos el resultado es bueno.
"La colaboración entre diferentes especialistas, coordinados por el cirujano oral y maxilofacial, permite mejorar las posibilidades de recuperación, no sólo en lo relativo a la funcionalidad de los nervios faciales, sino también de los tejidos y estructuras óseas dañadas en un traumatismo", apunta el doctor Arturo Bilbao, presidente de la SECOM.
La SECOM es una sociedad científica dedicada a la defensa de la especialidad y a la promoción de iniciativas científicas y divulgativas relacionadas con intervenciones orales y maxilofaciales vinculadas a deformidades dentofaciales, cirugía dentoalveolar, traumatología, patología de la articulación temporomandibular, oncología de cabeza y cuello, infecciones y patología de las glándulas salivares.