Notas de prensa
- Alergología
- General
Los alergólogos pediátricos advierten de las alergias alimentarias en Navidad
- En Navidades hay alimentos en la mesa que no se comen el resto del año y que pueden provocar alergias
- Es importante iniciar al niño en cada tipo de alimento a las edades adecuadas
Madrid, 21 de diciembre de 2012. Los alergólogos pediátricos recomiendan a los padres extremar la precaución ante las reacciones alérgicas a alimentos que pueden desarrollarse en Navidad, bien por descuido o por ser la primera vez en comerlos. La Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP) advierte de que es muy importante informarse de que va a comer el niño y acompañarse siempre de medicación de rescate. Ante la duda, recomienda visitar a un alergólogo pediátrico para realizar un estudio y seguir las dietas adecuadas.
La alergia alimentaria afecta a entre el 4 y el 8% de la población infantil, y son el huevo, la leche, los pescados, los mariscos y los frutos secos los alérgenos más comunes, según explica la doctora Ana María Plaza, coordinadora del grupo Alergia Alimentaria de SEICAP. “En Navidades hay alimentos en la mesa que no se comen el resto del año y que muchos empiezan a comer por primera vez, como por ejemplo el turrón que suele contener almendras u otros frutos secos. Hay que conocer bien lo que se pone en el plato para saber qué puede comer el niño”.
Los alergólogos pediátricos recomiendan siempre la evitación del alimento en caso de alergia, siempre que haya habido un estudio previo que la determine. “Muchos padres optan por una dieta estricta exenta del alimento ante una reacción adversa sin visitar a un alergólogo pediátrico que es quien puede realizar un estudio del paciente y determinar cuáles son los alimentos o proteínas que no tolera. Que el menor tenga alergia al pescado, no significa que la tenga al marisco. Hay que tener cuidado porque la evitación de los alimentos puede ocasionar otros problemas”. De hecho, según una revisión de estudios publicada en el número de diciembre de la revista Pediatric Allergy and Inmunology, “cuando un niño tiene alergia a un determinado fruto seco, la introducción de otros puede reducir el impacto psicológico que suele producirse con la evitación del alimento alérgeno”. Y es que, según la doctora Plaza, “tanto el niño alérgico como su familia suelen tener una percepción mala de su calidad de vida, al no poder comer lo mismo que los demás”. En una investigación publicada en septiembre en la Revue Médicale Bruxelles se propone “una dieta de evitación menos estricta en la que se tenga en cuenta los síntomas de cada paciente, la edad y en qué dosis del alimento se produce la reacción”.
Por otra parte no es aconsejable retrasar la introducción de alimentos en los lactantes, porque no implica que el niño no pueda desarrollar alergia y podría provocar alguna deficiencia nutricional. “Debe hacerse de acuerdo con las edades recomendadas por el pediatra para cada alimento y de manera paulatina en pequeñas cantidades para que el menor lo vaya tolerando y así evitar rechazos que provoquen afectaciones nutricionales que impidan su normal desarrollo”, explica esta alergóloga pediátrica. En general, tanto los frutos secos como algunos mariscos no deben empezar a comerse antes de los 3 años.
Diversas reacciones
Una de las recomendaciones más importantes para un niño alérgico a alimentos es la de “llevar siempre la medicación. Con las prisas y cambios de domicilio en estas fechas, muchos suelen descuidarse”, aconseja la doctora Plaza.
Las reacciones alérgicas, que suelen aparecer de forma inmediata durante la primera hora tras ingerir el alimento en cuestión, “incluyen urticaria, angioedema, asma, rinitis, conjuntivitis, síntomas digestivos o reacciones de anafilaxia. En algunos casos, si no se actúa a tiempo con medicación de rescate, las consecuencias pueden llegar a ser fatales”, explica.