Notas de prensa
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Más de siete de cada diez niños se curan de malformaciones arteriovenosas cerebrales
Madrid, 10 de enero de 2014. En la actualidad más de 80 niños y adolescentes que presentaban malformaciones arteriovenosas cerebrales han sido tratados mediante Radiocirugía en el Grupo IMO, lo que le posiciona como centro de referencia en España en el manejo de esta técnica para este tipo de patología. “Nuestros resultados son muy satisfactorios, ya que en más del 70% de los niños tratadosse pudieron resolver las lesiones, sin que presentaran secuelas neurológicas permanentes y permitiendo a estos pacientes tener un desarrollo madurativo y una escolarización normales”, asegura el Dr. Luis Lorenzana, neurocirujano del Grupo IMO y uno de los especialistas con mayor experiencia en este procedimiento terapéutico.
Las malformaciones arteriovenosas cerebrales en niños son congénitas y se producen por una anómala formación de los vasos sanguíneos cerebrales que se origina en el periodo embrionario de gestación. Los síntomas más frecuentes que se dan en este tipo de pacientes son la aparición de ataques epilépticos y cefaleas muy intensas, inhabituales, acompañadas de nausea y vómitos, que pueden ser indicativas de la aparición de una hemorragia cerebral. “Este tipo de síntomas –recalca el Dr. Lorenzana – suelen manifestarse a partir de los doce años, aunque en algunos casos se pueden presentar en niños de menor edad. Cuando los padres detectan este tipo de anomalías, lo más conveniente es acudir al pediatra o al neurólogo quien valorará la necesidad de realizar una resonancia magnética, lo que permitirá llegar a un diagnóstico preciso. Es muy importante detectar cuanto antes este tipo de lesiones -añade el Dr. Lorenzana – ya que el mayor riesgo que tienen estos pacientes, si no se tratan lo antes posible, es que presenten una hemorragia cerebral con las consiguientes secuelas neurológicas que suelen producir”.
La Radiocirugía, un tratamiento seguro y eficaz
Cada vez más la Radiocirugíase aplica como terapia de elección en el tratamiento de las malformaciones arteriovenosas en niños y adolescentes, ya que se trata de una técnica segura y eficaz, e incluso puede aplicarse en lesiones próximas a zonas del cerebro muy comprometidas, evitando la cirugía y los riegos que conlleva. “La Radiocirugía –afirma el especialista del Grupo IMO- consiste en la aplicación de una alta dosis de radiación focalizada exclusivamente en la lesión vascular, con total precisión y seguridad, respetando las zonas sanas próximas a la malformación cerebral. Además –recalca el Dr.Lorenzana- en la actualidad gracias al desarrollo tecnológico nos está permitiendo que los tratamientos de radiocirugía sean más cómodos para los pacientes al substituir el sistema de fijación craneal convencional, por un sistema no invasivo como el que posibilita el sistema de Radiocirugía Robotizada CyberKnife que permite el control permanente del proceso de radiación durante todo el tratamiento gracias a su sistema robotizado guiado por imagen en tiempo real y manteniendo la precisión terapéutica en todo momento. Otra gran ventaja es que se aplica a todo tipo de pacientes, no importa la edad, de manera ambulatoria y no requiere ningún tipo de anestesia, salvo en los niños muy pequeños que por seguridad sí precisan una sedación para evitar que se muevan durante el tratamiento”.
La incidencia de esta patología en la población en general es relativamente poco frecuente, y se sitúa en 1,3 personas afectadas cada año por cada cien mil habitantes, según el estudio poblacional más reciente realizado en Estados Unidos, pero no se especifica su incidencia en niños y adolescentes. “Lo más importante –finaliza el Dr. Lorenzana- es aconsejar a los padres que a la menor sospecha acudan con sus hijos al médico, y en que si se diagnostica una malformación de este tipo se trate cuanto antes, evitando así los futuros riesgos hemorrágicos cerebrales. Que tengan en cuenta que la Radiocirugía se está consolidando cada vez más como una técnica terapéutica eficaz y segura en estas lesiones, consiguiendo la oclusión completa en más de siete de cada diez niños tratados por malformaciones arteriovenosas cerebrales. Además se puede repetir sin mayores riesgos en aquellos casos en los que el primer tratamiento no haya sido efectivo al cien por cien.