Notas de prensa
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Más de un millón de españoles sufren Dislipemia Aterogénica, una enfermedad infracontrolada e infratratada
- Un panel de 90 expertos se reúnen para trabajar en la detección y resolución de las discrepancias entre las recomendaciones establecidas por las principales guías clínicas y la práctica clínica diaria
- La Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), lleva organizando 3 años el Día de la Dislipemia Aterogénica (DA), un día centrado en profundizar en su conocimiento y abrir nuevas perspectivas en su abordaje, para mejorar su control y disminuir el riesgo cardiovascular.
- El Programa formativo “Criterio” Hacia la implementación de un criterio único en el manejo de la Dislipemia Aterogénica (DA), pretende involucrar a más de 2.400 médicos de Atención Primaria que asistirán a sesiones formativas presenciales y formación online.
Madrid, 6 de marzo, 2015.- Los máximos especialistas en dislipidemia aterogénica (DA) en España se reúnen en Madrid, en la 3º Edición del Día de la Dislipemia Aterogénica para debatir y resolver las controversias identificadas entre lo que dictan las principales guías clínicas sobre Dislipemia Aterogénica y la realidad de su aplicación en la práctica clínica habitual.
La DA tiene una alta prevalencia en nuestra sociedad, aproximadamente 1.400.000 personas en edad laboral y más del 34% de los pacientes diabéticos. A pesar de su alta prevalencia, en la práctica clínica la DA es una enfermedad infracontrolada e infratratada, tal y como nos indican los datos del estudio DYSIS en España, donde aproximadamente el 44% de los pacientes diabéticos tratados con estatinas mantienen sus niveles de TG altos y un 36% el HDL bajo.
La Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), consciente de esta problemática, desde 2012 ha avalado la realización de más de 150 reuniones centradas en abordar la Dislipemia Aterogénica que han involucrado a más de 2000 médicos de Atención Primaria. En estas reuniones se han presentado el Consenso Multidisciplinar de expertos sobre Dislipemia Aterogénica y la 1ª Guía Clínica para la detección, diagnóstico y tratamiento de la Dislipemia Aterogénica en Atención Primaria elaborada por las principales sociedades científicas (SEMFYC, SEMERGEN, SEMG y SEA). Sin embargo, tras la realización de estas reuniones y el análisis de los cuestionarios cumplimentados por los asistentes, quedó en evidencia que en relación a la DA, existen discrepancias entre las recomendaciones establecidas por las principales guías clínicas y la práctica clínica diaria.
Los objetivos de la 3º Edición del Día de la Dislipemia son, en primer lugar evidenciar y resaltar que existen estas discrepancias en relación a la práctica y la teoría, y en segundo lugar ponerlo en contexto a través de casos clínicos que ejemplifiquen situaciones concretas resueltas con apoyo de estas guías terapéuticas.
Fruto del trabajo realizado en esta tercera edición del día de la Dislipemia Aterogénica, se elaborara el Programa formativo “Cr1terio” Hacia la implementación de un criterio único en el manejo de la Dislipemia Aterogénica (DA), que pretende involucrar a más de 2.400 médicos de Atención Primaria en sesiones formativas presenciales y formación online en torno a la DA.
“El objetivo principal de este Programa es mejorar el manejo de la Dislipemia Aterogénica en España consiguiendo de verdad implementar un criterio único en el manejo de la misma, que ayude a disminuir el riesgo residual cardiovascular que presentan estos pacientes”, ha señalado el Dr. Millán Núñez-Cortés. “Esperamos ayudar a optimizar la prevención de la DA, su detección precoz, valoración diagnóstica, abordaje terapéutico y seguimiento clínico en los distintos ámbitos asistenciales del sistema sanitario”, ha añadido.
La dislipidemia aterogénica, un factor de riesgo cardiovascular
La DA es una alteración del metabolismo lipídico caracterizada por aumento de los triglicéridos y/o descenso del colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad (HDL). Junto a ello existen otras alteraciones derivadas de ello, como unas partículas LDL pequeñas y densas, o un aumento general de lipoproteínas ricas en apoB, que configuran un perfil dislipémico asociado a un alto riesgo de padecer arterioesclerosis. De ahí su denominación.
Según ha explicado el Dr. Juan F. Ascaso, presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis, “cualquiera de las alteraciones de esta enfermedad se acompañan de un elevado riesgo cardiovascular. Este tipo de dislipidemia es muy frecuente en situaciones clínicas en las que conocemos que su riesgo cardiovascular es elevado. El prototipo de ellas es la obesidad abdominal, la diabetes mellitus tipo 2 y el síndrome metabólico”.
La prevalencia de la DA en España es elevada. Se estima que 1.400.000 personas en edad laboral la padecen. Se sabe que es una dislipidemia especialmente prevalente en sujetos con alto riesgo. “La DA es un problema de salud pública y se debe considerar como factor de riesgo cardiovascular de la misma envergadura e independiente del derivado del colesterol LDL. Hay que buscar opciones terapéuticas que además de regular el LDL actúan sobre el HDL y los TG, algo que se consigue con el tratamiento combinado con una estatina y un fenofibrato” indica el Dr. Millán Núñez-Cortés.
Las dislipidemias en España son un proceso infradiagnosticado, infratratado e infracontrolado. Además, el control de la dislipidemia en España es muy pobre y, esto es particularmente llamativo en la población con un riesgo cardiovascular elevado o con antecedentes de enfermedad cardiovascular1. Un trabajo muy reciente señala como, tanto en atención primaria como en especializada, la percepción del médico tiende a infravalorar la dislipidemia, a menos que las alteraciones lipídicas sean muy llamativas. Y eso impide intensificar o combinar los fármacos en el tratamiento hipolipemiante a pesar de la existencia clara y creíble de guías clínicas accesibles2.
Es preciso descartar o confirmar una DA en todos los pacientes con alto riesgo vascular, en aquellos que ya han sufrido enfermedad cardiovascular, en los que pertenecen a los grupos de riesgo con enfermedades metabólicas, y en aquellos que ya están siendo tratados con estatinas como fármacos hipocolesterolemiantes, porque la dislipidemia aterogénica es la responsable de una parte del riesgo residual de origen lipídico.
Los pacientes con dislipidemia aterogénica requieren del mismo seguimiento clínico que los diagnosticados con hipercolesterolemia. Aunque el objetivo primario desde el punto de vista terapéutico es el colesterol y el cLDL, los triglicéridos y el cHDL han de ser considerados objetivos secundarios en aquellas situaciones en las que se encuentre presente la dislipidemia aterogénica. Y llegado el caso, será preciso derivar a Unidades de atención especializada a los pacientes que requieran un esfuerzo terapéutico adicional para controlar su enfermedad.