Notas de prensa
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Provocarle un infarto salvó la vida de un hombre que no habría llegado al trasplante de corazón
Publicado en la revista Circulation que además le ha dedicado un elogioso editorial, la solución se debió a un equipo multidisciplinar del Hospital Gregorio Marañón (Madrid)
Es un claro ejemplo de cómo la concentración de los casos más complejos en un reducido número de centros sanitarios con gran experiencia, es mucho más efectiva en términos de capacidad para abordar situaciones extremas que la dispersión de centros sanitarios que, aunque cercanos al paciente, tienen baja actividad especializada.
Las arritmias ventriculares, como la taquicardia y la fibrilación ventricular, son más frecuentes en pacientes con dilatación cardíaca o enfermedad de las arterias coronarias. Cuando se presentan son mortales en una elevada proporción de pacientes. Actualmente, los fármacos antiarrítmicos son ineficaces para prevenir y tratar estas arritmias.
El desfibrilador automático implantable (DAI) es el único método para poder provocar su cese, salvando de este modo la vida del paciente. El DAI tiene una forma parecida a un marcapasos y permite aplicar una descarga eléctrica dentro del corazón cuando ocurre una de estas arritmias ventriculares. El principal problema del DAI es que no evita que estas arritmias puedan volver a presentarse.
Puede llegarse incluso a lo que se denomina una “tormenta arrítmica”, repetidas arritmias ventriculares que obligan a que el paciente reciba múltiples descargas del DAI. Pero los choques son dolorosos y además cuando son muy repetidos, pueden empeorar el funcionamiento del corazón.
En esta situación, la única opción de tratamiento es intentar quemar el foco de la arritmia mediante un catéter, pero la localización y eliminación de las arritmias es compleja y en ocasiones no es posible. Cuando esto sucede, se hace necesario el trasplante cardíaco, pero no siempre se llega a tiempo por falta de órganos, siendo entonces irremediable la muerte del paciente.
Este era el caso del paciente atendido por el equipo multidisciplinar de médicos del Hospital Gregorio Marañón que dirigidos por el Prof. Francisco Fernández-Avilés, ha encontrado una nueva estrategia de diagnóstico y tratamiento para las arritmias ventriculares en pacientes con miocardiopatías. El trabajo que publica Circulationdescribe la utilización combinada de distintas y novedosas técnicas de imagen, como la coronariografía, la resonancia magnética y los sistemas de navegación electroanatómica, que permitieron localizar el origen de la arritmia.
Por su complejidad, se requirió el trabajo combinado de los Servicios de Cardiología, Cirugía Cardíaca y Radiología del Hospital Gregorio Marañón con experiencia en el manejo de insuficiencia cardíaca avanzada y trasplante cardíaco, electrofisiólogos, hemodinamistas y cardiólogos especialistas en imagen cardíaca y resonancia magnética nuclear cardíaca. El Prof. Francisco Fernández-Avilés considera que “este es un caso que demuestra cómo la concentración de la alta complejidad en un número reducido de centros sanitarios con gran experiencia multidisciplinar es muy rentable en términos de la calidad y del resultado del abordaje de pacientes con patologías complejas. Muchas veces la organización sanitaria fomenta la dispersión de la actividad en demasiadas unidades que realizan un volumen de actividad muy pequeño, lo que no garantiza la calidad necesaria de las actuaciones. Se piensa que la cercanía de los recursos favorece al paciente. Nada más lejos de la calidad cuando se afrontan patologías graves y complejas”.
Además de la coordinación por parte del primer autor del artículo científico, el Dr. Felipe Atienza, en este caso resultó fundamental la participación del grupo de la Prof. Ledesma-Carbayo, de la Universidad Politécnica de Madrid, responsables del diseño de las herramientas de computación necesarias para localizar el foco de la arritmia en las imágenes de resonancia magnética, y del Dr. Sánchez-Quintana, Catedrático de Anatomía Humana de la Universidad de Badajoz, cuyos extensos conocimientos de la anatomía cardíaca permitieron identificar la arteria objetivo.
“Sólo cuando los equipos son verdaderamente expertos porque manejan volúmenes elevados de este tipo de pacientes complejos, cuando saben caracterizar problemas concretos, aplicar la toma de decisiones adecuadas a estos casos excepcionales y realizar técnicas muy difíciles que requieren mucha experiencia, sólo bajo estas condiciones de trabajo de excelencia integrada es posible abordar con éxito un problema que hubiese derivado en la muerte del paciente” afirma Fernández-Avilés.