Madrid, 20 de agosto de 2007. - Las piscinas y las duchas instaladas en los centros deportivos son las principales fuentes de contagio de infecciones por hongos, más comunes en la época estival. La tinea pedis y la tinea unguium son las patologías más comunes provocadas por hongos y afectan a un 25% de la población, aunque habitualmente la infección de las uñas aparece secundariamente a la infección de los pies.

Esta última infección, también conocida como pie de atleta, suele ser sintomática sólo en los periodos calurosos del año. Las manifestaciones clínicas más frecuentes del pie de atleta son la aparición de fisuras y de descamación, con picor y enrojecimiento, en los pliegues de los dedos de los pies, siendo el tercer y cuarto espacio interdigitales los que se ven afectados con mayor frecuencia.

Pero ¿cuándo es necesario acudir al especialista? Hay que ir a la consulta del dermatólogo ante cualquier manifestación de infección por hongos si el diagnóstico presenta dudas al médico de familia. En este sentido, a menudo, las características de las lesiones permiten un diagnóstico diferencial con otras enfermedades, como la psoriasis o algunos eczemas o una sospecha etiológica que resulta determinante para la elección del tratamiento.

Existen diversos tratamientos disponibles para las infecciones por hongos, que incluyen diversos antifúngicos tópicos y antifúngicos orales, que solos o combinados con tratamiento tópico ofrecen la máxima probabilidad de curación en las infecciones extensas y de las uñas, con un adecuado perfil de seguridad.

La terbinafina es uno de los tratamientos disponibles para esta enfermedad. La terbinafina, según han puesto de manifiesto diversos estudios clínicos, es un antifúngico que posee una elevada eficacia en el tratamiento de las micosis superficiales. También se ha demostrado que reduce el número de recaídas y que presenta una buena relación coste-efectividad.

Aunque el tratamiento es necesario en todos los pacientes, existen algunos grupos de especial riesgo. En pacientes con determinadas patologías de base, como los diabéticos, es muy importante un cuidado estricto de la higiene de los pies y un tratamiento precoz de estas infecciones.

A pesar de que existen terapias para las infecciones por hongos en los pies, los especialistas subrayan que existen una serie de consejos básicos para prevenirlas. En primer lugar, es fundamental evitar el contacto directo de los pies con superficies húmedas donde pueden residir escamas de piel infectadas, que determinan el contagio.

Otras recomendaciones esenciales son mantener los pies secos y usar calcetines y un calzado adecuado, refiriéndose a uno que no sea oclusivo.

Además, los especialistas recomiendan evitar compartir el calzado, controlar la sudoración excesiva y, eventualmente, emplear antifúngicos de modo profiláctico. Estas medidas contribuyen a evitar las infecciones y reinfecciones frecuentes en los meses cálidos.