Notas de prensa

  • 11 de octubre de 2007
  • 141

La nefropatía crónica del injerto causa la pérdida de más de la tercera parte de los riñones transplantados

El uso precoz, tras el trasplante, de inhibidores de la señal de proliferación puede facilitar el manejo de esta situación clínica.
· Determinados pacientes trasplantados, como los receptores de un órgano procedente de un donante añoso, tienen un mayor riesgo de sufrir una disfunción del trasplante, por lo que podrían beneficiarse especialmente del tratamiento con los inhibidores de la señal de proliferación (ISP).. Además, por las propiedades antiproliferativas que ofrecen los ISP, también pueden beneficiarse aquellos pacientes que tienen antecedentes de tumores.

Madrid, 10 de octubre de 2007. La nefropatía crónica del injerto (NCI) es la causa de pérdida de más de la tercera parte de los riñones trasplantados. Por ello, con el objetivo de revisar los avances y actualizar los conocimientos sobre esta complicación clínica, su tratamiento, identificación y prevención precoz, se ha celebrado un simposio, con la colaboración de Novartis, en el marco del 13 Congreso de la Sociedad Europea para el Trasplante de Órganos (ESOT) que ha reunido a expertos internacionales en Praga.

Las manifestaciones clínicas de la NCI aparecen relativamente tarde. "Por ello, detectar y monitorizar la NCI es una prioridad clínica", subraya el Dr. Chapman, (Director del departamento de nefrología del Hospital Westmead Universidad de Sydney) y ponente del simposio.

La función renal normalmente se mide mediante los niveles séricos de creatinina. Pero aunque resulta útil para identificar cambios agudos en la función renal durante las primeras semanas post-trasplante, no es suficientemente sensible a largo plazo para detectar un deterioro más paulatino de la función renal, y por lo tanto, para identificar de forma precoz la NCI.

En este sentido, según ha explicado el Dr. Chapman, la identificación de la nefropatía se realiza actualmente mediante diferentes métodos: biopsias de protocolo realizadas al poco tiempo del trasplante, la medición del declive de la tasa de filtrado glomerular y/o la aparición de hipertensión y proteinuria. Sin embargo, las biopsias de protocolo no se realizan en todos los hospitales y además es un método diagnóstico invasivo; y los métodos validados para medir la tasa de filtrado glomerular, son técnicas que no son sencillas de aplicar en la rutina diaria además de que son costosas.

"Por tanto, a fin de modular la inmunosupresión antes de que las lesiones histológicas sean irreversibles y aumente la creatinina sérica, necesitamos definir nuevos métodos de seguimiento para los receptores de trasplante renal. Estos nuevos métodos (como el Doppler, la resonancia nuclear magnética o la monitorización inmunológica) precisarán una exhaustiva evaluación antes de que sean integrados en la rutina clínica del seguimiento de los pacientes trasplantados", concluye el Dr. Chapman.

Estrategias para una intervención precoz de la nefropatía crónica del injerto

Everolimus (Certican®) y sirolimus -inhibidores de la señal de proliferación- son potentes inmunosupresores con propiedades anti-proliferativas que tienen potencial de alterar la historia natural de la NCI mediante la reducción de la exposición a los inhibidores de la calcineurina (fármacos inmunosupresores que pueden causar nefrotoxicidad), evitando el rechazo agudo y reduciendo la proliferación de las células del músculo liso en el injerto.

En concreto, ensayos clínicos con everolimus (Certican®) en pacientes trasplantados renales han concluido que este fármaco permite un ahorro de los inhibidores de la calcineurina mejorando la función renal sin comprometer la eficacia, y con menos efectos adversos que sirolimus.

Por ello, los expertos reunidos en este foro científico concluyen que el uso precoz de inhibidores de la señal de proliferación tras el trasplante puede facilitar el manejo de la NCI. Asimismo, aquellos pacientes con mayor riesgo de sufrir una disfunción del trasplante, como los pacientes receptores de un donante añoso, podrían beneficiarse especialmente del tratamiento con los ISP, así como aquellos que tienen antecedentes de tumores.

Importancia de la continuidad del tratamiento

Junto a la actualización del abordaje de la NCI, el simposio ha analizado también otro de los aspectos relevantes en el campo de los trasplantes: la optimización de la dosis de utilización del ácido micofenólico (MPA), dado que en los últimos años muchos estudios están demostrando que la mejor tolerabilidad del fármaco se asocia a una mejor supervivencia del injerto, ya que es un fármaco especialmente eficaz en la protección del riñón.

Tal y como se ha puesto de manifiesto en el congreso, están demostrados los beneficios clínicos de mantener una exposición óptima al ácido micofenólico en los receptores de un trasplante renal. Por tanto, la reducción de la dosis del MPA y su retirada son obstáculos importantes para un tratamiento satisfactorio. En este sentido, se han revisado las causas habituales para las reducciones y retirada del MPA, incluyendo los efectos adversos gastro-intestinales (GI) que tienen un impacto negativo sobre la supervivencia del injerto renal.

En definitiva, en pacientes con complicaciones gastrointestinales, mantener la exposición del MPA debería ser una prioridad a la hora de considerar el manejo de las diferentes opciones existentes.

Hasta ahora, los ensayos clínicos incluían la proporción de pacientes con eventos gastrointestinales y discontinuación del tratamiento por estos efectos, pero no se añadía el impacto de los síntomas GI en la calidad de vida de los pacientes.

Los resultados del estudio PROGIS1 demuestran que micofenolato sódico (Myfortic®) mejora la calidad de vida según se evalúa en 3 distintos cuestionarios. En este estudio, a 177 pacientes trasplantados renales tratados con el régimen terapéutico con micofenolato mofetilo (MMF) y que padecían complicaciones gastrointestinales, se les cambió al tratamiento a micofenolato sódico (Myfortic®), lo que se asoció a una reducción significativa de los efectos GI y a una mejora de la calidad de vida relacionada con la salud.

Como conclusión, los expertos reunidos resumen que las complicaciones gastrointestinales dan lugar a una dosificación subóptima de MPA que puede asociarse con peores resultados a largo plazo. La conversión de pacientes trasplantados renales tratados con MMF con complicaciones gastrointestinales a micofenolato sódico (Myfortic®), puede dar lugar a una mejora de la calidad de vida relacionada con la salud y reducir el problema de la sintomatología gastrointestinal.

1.- Chan L. et al. Patient-Reported Gastrointestinal Symptom Burden and Health-Related Quality of Life following Conversion from Mycophenolate Mofetil to Enteric-Coated Mycophenolate Sodium. Transplantation 2006; 81 : 1290-1297.

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