Farmacia es la segunda profesión sanitariacon mayor porcentaje de mujeres en nuestro país, sólo por detrás de Enfermería.Una tendencia que se ha ido repitiendo a lo largo de los años y que, tal y como muestran las estadísticas y recopilaciones de datos de entidades como el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, hacen que más del 70% de los colegiados en Farmacia en España, sean mujeres (45.332 sobre un total de 64.203 colegiados).

La predisposición a elegir esta profesiónes común a la mayoría de las provincias españolas, pues el crecimiento del número de nuevos farmacéuticos se ha dado de la misma manera con el paso de losaños a lo largo y ancho del país, siendo, Andalucía (10.804), Madrid (10.552) yCataluña (10.075), las comunidades autónomas con mayor número de colegiados. 

Por provincias, Madrid y Barcelona agrupanel 29% del total de colegiados en España, y, por el contrario, Teruel y Soria,son las provincias con menor número de ellos. 

En cuanto a las mujeres farmacéuticas, por franjas de edad, y según los datos ofrecidos por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, la mayor parte se encuentra entre los 35 y los 44 años, y esésta, la edad con mayor proporción de farmacéuticas en España. Aunque tampoco es raro encontrarse en pueblos y grandes núcleos con farmacéuticas en edades por debajo de la franja de los 35 años, pues el 27% de las mujeres que se dedican a esta profesión se encuentra en esa edad.  

Podemos decir, en resumen, que cuando hablamos de farmacéuticas en España estamos hablando en realidad de profesionales de mediana edad, con un amplio conocimiento del sector y experiencia en el mismo y que sobre todo han asumido como propia la obligación de entender la farmacia que regentan, y en la que en muchos casos trabajan,como un verdadero espacio de salud. 

Con el transcurso de los años, y pese a que el concepto de la oficina de farmacia está en pleno proceso de evolución y de cambio, el paso de gestionar una empresa y de concebir ésta como un lugar para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, continúa siendo el eje sobre el que se asienta la farmacia del siglo XXI. Así debe ser. Al margen de sexos o preferencias de elección sobre los caminos a tomar dentro de la propia profesión. El dato de la edad es determinante en cuanto a que nos permite observar sobre qué franjas de edad está legitimándose ese cambio de concepto, cómo son las farmacéuticas que tiran del carro de las farmacias, y quiénes trabajan para que la farmacia pase de ser el lugar de dispensación al de asesoramiento en salud. Ésta es, y debe seguir siendo, la tendencia que marque los pasos de las boticas de nuestro país.