Notas de prensa
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La educación en valores de convivencia puede reducir la violencia de género
Cada vez más casos de violencia contra las mujeres suceden en menores de 40 años
Internet y los móviles favorecen el control de la pareja y el exhibicionismo, lo que crea relaciones basada en los celos
Los expertos reunidos en SAMEM alertan de que cada vez haya mujeres más jóvenes víctimas de violencia de género. De hecho, el mayor número se encuentra entre los 20 y los 40 años, según las últimas del Instituto Nacional de Estadística (INE). “Si no se actúa sobre la educación, promoviendo modelos de conducta basados en la igualdad, no funcionarán las campañas de prevención”, comenta el doctor José Luis Neyro, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Cruces de Bilbao, que interviene en el encuentro. Los modelos de conducta considerados populares en redes sociales “la publicidad, la literatura o el cine, se traspasan a las relaciones de pareja en las que se siguen una serie de estereotipos y prejuicios sexistas o machistas, como la del chico fuerte, duro, dominante, etc. o relaciones en las que debe existir un control y dominación por parte de él hacia ella. Los chicos sensibles son apartados”, comenta el doctor Neyro.
Por otro lado, la influencia de Internet en las relaciones de pareja entre adolescentes “hace que resulte mucho más difícil cerrar una relación e incrementa la posibilidad de control y presión”, según el estudio Evolución de la Adolescencia española sobre la igualdad y la prevención de la violencia de género, realizado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Este mismo informe señala que una de cada cuatro chicas confiesa que se ha sentido controlada a través del teléfono móvil. El whatsapp es la herramienta por la que más mensajes denigrantes se mandan, seguida de la red social Tuenti y el teléfono móvil, según el informe.
A través de las redes sociales “los jóvenes hacen públicos sentimientos antes considerados muy íntimos, narran acontecimientos que solían quedar para la pareja y se promueve una conducta exhibicionista. Todo esto fomenta las relaciones superficiales, no basadas en el amor, sino en los celos”, advierte el doctor Neyro. De hecho, siete de cada diez adolescentes analizados en el estudio del Ministerio han oído decir a sus mayores que los celos son una expresión de amor y tres de cada diez jóvenes continúan pensando que el hombre que parece agresivo es más atractivo, el 25% piensa que para que exista una buena relación de pareja conviene que él sea un poco superior y, en el caso de las chicas, una de cada cuatro reconoce sufrir un control excesivo por parte de sus novios.
No funcionan las campañas de prevención
“Si no se educa en valores de convivencia, igualdad y respeto, las causas del maltrato prevalecerán”, apunta el doctor Neyro. Por ese motivo, advierte, “las campañas de prevención en España no están funcionando si nos fijamos en las estadísticas. Se están haciendo muchas cosas bien en materia de detección y protección de la mujer maltratada, pero no se actúa en la raíz del problema”.
Un análisis de dos universidades españolas publicado en enero en la revista Gaceta Sanitaria concluye que los sistemas de salud de todas las comunidades autónomas siguen de manera limitada las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación a las acciones preventivas en violencia de género. De hecho, “estas actividades son dependientes de la voluntad y el interés de los profesionales seleccionados”, señala la investigación.
La participación de los profesionales sanitarios en la prevención “también es fundamental. Hay que concienciarles, sensibilizarles y entrenarles para que sean capaces de identificar a una adolescente, mujer adulta o anciana que esté sufriendo agresiones por parte de su pareja. Además también deberán tener los instrumentos necesarios tanto para detectar como para denunciar los posibles casos”, aconseja el doctor Neyro.
“Los equipos sanitarios (médicos y psicológos) pueden ayudar a detectar y atajar el maltrato psicológico y físico contra las mujeres si se aplica la perspectiva de género en las historias clínicas”, explica Rosario Castaño, psicóloga clínica del Instituto Palacios de Salud de la Mujer. “Esta perspectiva ayuda a estudiar y transformar la mayor causa de la violencia de género: las relaciones de poder y abuso entre hombres y mujeres”, añade.