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- 14 de noviembre de 2023
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SEMIPyP y Nutricia ponen en marcha un curso de microbiota y probióticos para matronas
El 30% de las mujeres lactantes sufre molestias locales en forma de dolor, quemazón o reducción en la secreción de leche
· La leche materna, además de tener todos los compuestos necesarios para la adecuada nutrición del lactante, contiene una microbiota propia compuesta por una amplia diversidad de microorganismos. Sin embargo, esta microbiota puede desequilibrase y generar complicaciones que pueden llegar a causar mastitis.
· Las mastitis subagudas, a menudo infravaloradas e infradiagnosticadas, cursan con inflamación del pecho y síntomas locales. Su detección es clave, ya que la mayoría son causantes del abandono precoz de la lactancia materna[i].
· El uso de antibióticos intraparto y el parto por cesárea pueden favorecer la aparición de mastitis al alterar la diversidad de la microbiota mamaria. Un estudio ha revelado que la administración de una cepa probiótica puede favorecer la lactancia materna, ya que reduce en un 59% la probabilidad de desarrollar mastitis[iii].
· La Sociedad Española de Microbiota,
Probióticos y Prebióticos y Nutricia ponen a disposición de todas las matronas
interesadas un monográfico del contenido impartido en el Curso Básico de
Microbiota y Probióticos para Matronas en la web de Nutricia Profesionales.
Madrid, 14 de noviembre de 2023.- Aproximadamente el 30% de las mujeres lactantes sufre molestias locales en forma
de inflamación, dolor, pinchazos, sensación de quemazón, ingurgitación y/o
reducción de la secreción de leche1. Así lo han puesto de
manifiesto diversos expertos en el curso de microbiota y probióticos dirigido a
matronas que ha llevado a cabo la Sociedad Española
de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMIPyP) y Nutricia, la división de
Nutrición Especializada de Danone.
En palabras de Leónides Fernández, doctora en Ciencias Biológicas y profesora en
el departamento de Farmacia Galénica y Tecnología Alimentaria de la Universidad Complutense de Madrid: “En este curso se explica cuál
es el origen de esos síntomas que causan la interrupción indeseada de la
lactancia materna en una elevada proporción de mujeres, privando al lactante de
sus beneficios. Además, se analizan nuevas estrategias para su tratamiento que
resultan muy eficaces en comparación con el abordaje terapéutico clásico basado
en el uso de antibióticos, con frecuencia sin un análisis microbiológico previo
de la leche. Este tratamiento clásico no resuelve el problema en un elevado
número de casos por la resistencia a antimicrobianos de los agentes causales. Conocer
la causa del problema y las estrategias alternativas a los antibióticos disponibles
en este momento ayudará al colectivo de matronas a asesorar a las mujeres
afectadas por este problema”.
“Somos conscientes de la importancia de que las
matronas puedan contar con información constante y actualizada sobre
la relación que guarda la
microbiota con estas cuestiones. Por eso, tras más de 125 años al lado de los
profesionales, desde Nutricia hemos unido nuestras fuerzas con SEMIPyP para
poner a disposición de este colectivo todos los recursos que contribuyan a la
mejor atención de las nuevas familias durante las primeras etapas de la vida de
su bebé”, declara Gonzalo
Zárate, director médico de la división de Nutrición Especializada de Danone.
La
leche materna, además de tener todos los compuestos necesarios para la adecuada
nutrición del lactante y un gran número de compuestos bioactivos, contiene una microbiota propia compuesta por una amplia diversidad
de microorganismos. En
ocasiones, esta microbiota puede
desequilibrase por pérdida de la diversidad bacteriana y/o el sobrecrecimiento de una o varias especies bacterianas. Como consecuencia de esta disbiosis microbiana, pueden producirse mastitis.
La mastitis consiste en una inflamación de la
mama que ocasiona dolor local
y que suele ir acompañada de fiebre o afectación del estado general. En
concreto, las mastitis subagudas, a menudo infravaloradas e infradiagnosticadas,
cursan con inflamación del pecho con síntomas locales (hinchazón, dolor, sensación de
quemazón y reducción de la secreción de la leche). Su detección es clave, ya que la mayoría son causantes del abandono precoz de la
lactancia materna1.
Todo ello refleja la importancia
de hacer hincapié en el papel que desempeña la microbiota en el abordaje de
estas mastitis. Según señala Leónides, “las
mastitis derivan de la alteración de la microbiota mamaria, por lo que el uso
de probióticos es una estrategia adecuada para reestablecer su equilibrio. La
administración de bacterias probióticas seleccionadas a mujeres con mastitis lactacional
subaguda o subclínica, que son los tipos más frecuentes de mastitis, reduce de
manera muy eficaz la concentración de las bacterias implicadas al tiempo que mejora
los síntomas (entre otros, disminuye mucho el dolor). Es interesante señalar
que la administración de probióticos también es útil como medida preventiva para
evitar la colonización de la glándula mamaria por los estafilococos y
estreptococos implicados en el desarrollo de las mastitis”.
La prevención de la mastitis es posible
desde los últimos meses de embarazo
En
muchas ocasiones, las mastitis se asocian con el uso de antibióticos intraparto y al
parto por cesárea[ii]. La administración de antibióticos suele reducir la diversidad microbiana característica de la microbiota mamaria y favorecer el sobrecrecimiento de una o varias especies bacterianas, pudiendo llegar a causar inflamación y dificultando la salida de la leche, lo que se percibe
como una falsa sensación de una menor
producción[iii],[iv].
En
este sentido, los probióticos son microorganismos vivos
que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud en las personas que los consumen[v]. Así lo reflejan dos
estudios realizados con la cepa Ligilactobacillus salivarius PS2 (anteriormente conocida como Lactobacillus
salivarius PS2), a una dosis de 109 ufc/día, que demuestran que la administración de probióticos durante el embarazo es
muy útil para reducir la incidencia de mastitis lactacional5,[vi].
Así,
la administración oral de L.
salivarius PS2 durante los últimos meses de embarazo
y las etapas iniciales de la lactancia reduce
en un 59% la probabilidad de desarrollar mastitis y favorece la lactancia
materna.
La transmisión de la microbiota al neonato a través de
la leche materna
No fue hasta
el año 2013 que los expertos descubrieron que la leche materna no es estéril. A
partir de estos hallazgos, vieron que contiene
unas 1.300 especies bacterianas, con gran variabilidad interindividual y cierta estabilidad
en cada mujer.
Cabe
destacar que no todas las bacterias de
la leche materna colonizan el intestino del neonato. Los Estreptococos y Estafilococos
son los géneros centrales en la mayoría de las mujeres, a los que siguen los Lactobacillus y las Bifidobacterias. Sin embargo, los
géneros que colonizan el intestino del niño son las Bifidobacterias y los Lactobacillus, seguidos de los
Bacteroides.
Ya puedes acceder
al monográfico del curso disponible en la web de Nutricia Profesionales: https://protect-eu.mimecast.com/s/OTmtCjvlRiyNkP1LsWGHyz?domain=nutriciaprofesionales.nutricia.es/
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mejor calidad de vida. Basándose en más de un siglo de investigación e
innovación, Nutricia ha aprovechado el poder de la nutrición que salva y cambia
vidas, para crear un portfolio pionero en nutrición especializada que puede
cambiar la trayectoria de la salud a lo largo de la vida. Con sus soluciones
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primeros 1.000 días, y ayuda a abordar algunos de los mayores desafíos de salud
del mundo: nacimiento prematuro; fallo de medro (crecimiento insuficiente);
alergia alimentaria; enfermedades metabólicas raras; enfermedades crónicas y
relacionadas con la edad, como fragilidad, cáncer, ictus y enfermedad de
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“One Planet. One Health”. Una visión que refleja la conexión entre la salud de
las personas y la salud del planeta y que, por tanto, busca proteger y nutrir a
ambas. Para obtener más información, visite www.nutricia.com
[i] Nikniaz L, Ostadrahimi A, Mahdavi R, Hejazi MA,
Hosseini Salekdeh G. Effects of synbiotic supplementation on breast milk levels
of IgA, TGF-β2. J Human Lact. 2013; 29: 591-6.
[ii] Jiménez E, Manzano S,
Schlembach D, Arciszewski K, Martin R, Ben Amor K, et al; Premium Study Group. Ligilactobacillus salivarius
PS2 supplementation during pregnancy and lactation prevents mastitis: A
randomised controlled trial. Microorganisms. 2021; 9(9): 1933.
[iii] Round JL, Mazmanian SK. The gut microbiota shapes intestinal immune
responses during health and disease. Nat Rev Immunol. 2009; 9(5):
313-23.
[iv] Delgado S, Arroyo R, Jiménez E,
Fernández L, Rodríguez JM. Mastitis infecciosas durante la lactancia: un
problema infravalorado (I). Acta Pediatr Esp. 2009; 67(2): 77-84.
[v] Hill C, et al. Expert consensus document. The International Scientific Association for
Probiotics and Prebiotics consensus statement on the scope and appropriate use
of the term probiotic. Nat
Rev Gastroenterol Hepatol. 2014; 11(8): 506-14.
[vi] Fernández L, Cárdenas N, Arroyo
R, Manzano S, Jiménez E, Martín V, et al. Prevention of infectious
mastitis by oral administration of Lactobacillus
salivarius PS2 during late pregnancy. Clin Infect Dis. 2016; 62(5): 568-73.