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Más del 90% de los especialistas considera la salud ósea como parte integral del tratamiento del cáncer
El concepto de salud ósea relacionada con el cáncer ha ido cobrando cada vez más importancia en los últimos años. Nuevas investigaciones han permitido conocer con mayor profundidad los mecanismos por los que diversos tipos de tumores afectan al hueso, sobre todo los de próstata y mama. Estos cánceres son los que con mayor frecuencia dan lugar a metástasis óseas y también a una pérdida de la densidad mineral, en la cual están implicados tanto el envejecimiento como el empleo de terapia supresora hormonal.
Por este motivo, en palabras del Prof. Bertrand Tombal, de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y miembro del Comité Directivo de la Academia Esquelética Europea, “la identificación, monitorización y tratamiento de la pérdida ósea y de la metástasis ósea son fundamentales en el manejo de los pacientes con cáncer antes de que sus huesos resulten afectados”.
Necesidad de concienciación
Si el estado óseo de los pacientes oncológicos preocupara realmente a los especialistas, lo lógico sería comenzar la monitorización de la salud ósea desde el mismo momento del diagnóstico del tumor. Sin embargo, no ocurre así, según mostró el Prof. Brodowicz, pues es algo que únicamente lleva a cabo el 39% de los encuestados. En España ese porcentaje es incluso menor: 26%. El resto de especialistas tiene en consideración la salud ósea por primera vez una vez iniciado el tratamiento antitumoral o cuando está indicada la pérdida ósea.
Actividades formativas
Sus actividades, que cuentan con la colaboración de varias sociedades científicas y con el patrocinio de Amgen, están dirigidas tanto a los especialistas que lidian con el cáncer como a enfermeras y asociaciones de pacientes. En representación de estos últimos, Günter Feick subrayó la importancia de que los enfermos reciban información, formación y ayuda, y que como grupo pueden presionar para que los sistemas sanitarios concedan a la salud ósea la atención que precisa. Como objetivos, citó la necesidad de coordinar programas de investigación nacionales e internacionales que profundicen en las formas de preservar la salud de los huesos en los pacientes oncológicos. “Tenemos que cambiar las reglas en los sistemas sanitarios públicos para que los pacientes con cáncer reciban la mejor asistencia y tratamiento posibles para preservar su salud ósea”, manifestó.
Nuevas armas
El denosumab, que se prevé autorizar próximamente para el tratamiento de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas, tiene potencial para retrasar las metástasis óseas y la pérdida de densidad mineral en pacientes con cáncer avanzado, propiedades que están siendo estudiadas desde hace tiempo. En opinión del Prof. Tombal, el hecho de administrarse por vía subcutánea cada 6 meses constituye una ventaja sobre el ácido zoledrónico, que se administra por vía intravenosa y, aunque sus efectos secundarios son bastante similares, se ha observado que el denosumab podría tener menor toxicidad renal.