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20 consejos imprescindibles para padres de niños prematuros
Desde los primeros días en el hospital hasta la llegada al hogar, el nacimiento de un hijo prematuro conlleva para los padres un sinfín de dudas y preguntas. Queremos compartir con todos los padres y madres de niños prematuros estos 20 consejos imprescindibles que pueden ser una ayuda inicial a la familia.
- En la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) los padres pueden recurrir al médico o las enfermeras para que les expliquen todo lo que necesiten saber acerca del comportamiento del niño y de los tratamientos que necesita. Así no solo se sentirán más tranquilos, sino que también transmitirán esa sensación de seguridad al bebé.
- Los profesionales sanitarios que forman parte de la UCIN y que cuidan del recién nacido prematuro en diferentes momentos son: el obstetra, neonatólogo, residente, pediatra, enfermero de neonatología, auxiliar de clínica, trabajador social, asesores de lactancia materna, grupos de apoyo hospitalario, fisioterapeuta, cardiólogo, neurólogo, oftalmólogo, otorrinolaringólogo, nutricionista o dietista, y otros especialistas como el nefrólogo, gastroenterólogo, endocrinólogo o hematólogo.
- El recién nacido prematuro presenta un aspecto frágil e inmaduro, esto crea preocupación en los padres, pero deben saber que a medida que vaya creciendo y aumentando su peso y su altura irá pareciéndose más a un bebé nacido a término.
- La piel del neonato tiene unas características especiales, es más delicada. La capa más externa está poco desarrollada y carece de pilosidad (no tiene vello). Esa “pelusa” llamada lanugo se irá perdiendo poco a poco, pero necesita cuidados especiales (en el baño, con masajes, controlando su temperatura y cuidando su ropa).
- El contacto piel con piel es un medio eficaz para que el bebé crezca y se desarrolle correctamente, aunque dependerá de su estado clínico y valoración médica su aplicación. Está demostrado que este “método canguro” también ayuda a crear un fuerte vínculo entre padres e hijos.
- La supervivencia de un prematuro desde las 23 o 24 semanas en adelante es viable. En cualquier caso, el médico debe informar a los padres sobre el pronóstico de su bebé. El prematuro se debe evaluar según la edad gestacional, que determina la madurez de sus órganos, el peso y la presencia de problemas graves al nacer.
- Los órganos vitales y sistemas de los bebés prematuros no se han desarrollado completamente antes del nacimiento, lo que puede causar diferentes problemas de salud: cardíacos, neurológicos, infecciosos o respiratorios, entre otros. Los diferentes médicos especialistas, mediante un seguimiento adecuado, irán dando pautas para el abordaje de todos ellos.
- Además, estos bebés son más vulnerables a los virus, principalmente los que causan las infecciones respiratorias agudas (IRAs) como la neumonía, la bronquiolitis o la gripe. Entre ellas, las causadas por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) constituyen la primera causa de infecciones de las vías respiratorias inferiores en menores de 2 años. Es importante extremar la prevención en la época de mayor incidencia, de septiembre a abril.
- Los padres verán a sus hijos rodeados de cables y aparatos, pero no deben asustarse, ya que la mayor parte de ellos lo único que hacen es ofrecer información sobre su estado a los profesionales de la UCIN. Otros son procedimientos sencillos que no causan dolor y que sirven para facilitar las funciones vitales.
- La alimentación del prematuro: debido a la inmadurez de los reflejos de succión y deglución la nutrición en el primer día se inicia por vía intravenosa en forma de agua y glucosa. Posteriormente se aportan proteínas, grasas y vitaminas hasta que pueda comenzar a tomar alimentos por vía digestiva, a través de sondas hasta poder pasar a la succión. La leche materna es indispensable, protegiendo al bebé de las infecciones.
- Los niños prematuros presentan algunas necesidades específicas para las cuales necesitan el apoyo de sus padres: cambios de postura para evitar las rigideces y facilitar su desarrollo motor, favorecer un entorno óptimo con un ambiente tranquilo y evitar las infecciones. Para ello, los padres deben lavarse las manos con jabón antes de entrar en contacto con su bebé, utilizar mascarilla en el caso de estar enfermos y, en ocasiones, llevar una bata especial encima de su ropa.
- Cuando el bebé haya conseguido mantener su temperatura estable, no tener apneas o que sean muy breves, alimentarse por succión (pecho o biberón), tener un aumento de peso considerable, no necesitar oxígeno y tener un peso de entre 1.800 y 2.000 gramos podrá irse a casa y empezar su nueva vida con su familia.
- La ropa del bebé debe ser amplia, cómoda, ligera y de algodón. No es aconsejable que las prendas tengan cordones o lazos. La ropa de cuna debe ser ligera y lavarla con jabón neutro sin añadir lejías ni aditivos. Los padres no deben abrigar en exceso a su hijo prematuro debiendo comprobar que no suda tocándole el cuello y la espalda.
- En el hogar, ni fumar ni recibir muchas visitas. Es recomendable que la habitación del bebé tenga luz natural. Hay que ventilarla diariamente y mantener una temperatura agradable (20ºC), con cierto grado de humedad. Para seguridad del bebé, dormirá boca arriba y sin almohada en una cuna con barrotes de menos de 6 cm de distancia.
- La llegada de un bebé prematuro a casa suele generar inquietud en los hermanos. Es recomendable que los padres hablen con sus hijos sobre las características del bebé prematuro que llega a casa en un lenguaje entendible, que pasen tiempo con ellos y les enseñen fotos de su hermano, haciéndoles partícipes de su cuidado.
- Los bebés prematuros van evolucionando en su desarrollo según van pasando los días y meses. Aunque al principio los padres no puedan comprender la expresión corporal, movimientos, respiración, llanto o patrones de sueño de sus hijos, irán aprendiendo a conocer mejor sus necesidades.
- El baño debe realizarse de forma tranquila, en un lugar cómodo. Se trata de un momento de interacción entre los padres y el bebé, un momento de contacto directo con su hijo, por lo que se recomienda que estén presentes los dos padres.
- Durante las primeras semanas en casa el prematuro pasará casi todo el día durmiendo, normalmente entre 15 y 22 horas al día. Los padres deben facilitarles el sueño en un ambiente muy tranquilo, de la misma forma que se haría en la UCIN.
- Los niños prematuros pueden llegar a llorar durante una media de 6 horas al día si están intranquilos. Para calmarles, los padres deben asegurarse de que no tienen hambre, no necesitan un cambio de pañal y no están enfermos. Pueden tranquilizar al bebé cogiéndolo para que pueda ver al padre o la madre, o colocándolo en el pecho.
- El bebé podrá salir de casa cuando tenga la edad que corresponda a la fecha de su nacimiento a término. Es necesario evitar lugares con aglomeraciones y extremar la limpieza de las superficies y juguetes para que los virus no circulen, sobre todo en épocas epidémicas de infecciones respiratorias (otoño-invierno). Aquellas personas que estén resfriadas o padezcan alguna enfermedad infectocontagiosa no deben coger al bebé.