Barcelona, 1 de febrero de 2013. Cada vez es más tardía la edad a la que la mujer decide tener su primer hijo, siendo la media en España de 31,2 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Esta tendencia ha puesto sobre la mesa la necesidad de técnicas que favorezcan la maternidad a edades más avanzadas y la criopreservación o vitrificación de óvulos ha ganado terreno en los últimos años. Con el fin de analizar los factores sociales, éticos, técnicos y psicológicos que influyen en la creciente demanda de este tratamiento, la Clínica Eugin ha organizado el I Simposio Internacional sobre la Vitrificación Social de Óvulos, celebrado hoy en Barcelona y que ha congregado a alrededor de 300 expertos internacionales. 

Esta reunión se ha centrado en la importancia cada vez mayor de los factores sociales que animan a la mujer a optar por la vitrificación, una técnica únicamente indicada bajo criterios médicos hasta hace unos años (por ejemplo, como método de preservación de la calidad ovocitaria antes de someterse a un tratamiento frente al cáncer). Hoy, la realidad es otra y quienes optan por vitrificar sus óvulos son mujeres que, por motivos profesionales, económicos o sociales,  no pueden cumplir su deseo de ser madres cuando ellas lo desearían y y deciden vitrificar sus óvulos para acceder más tarde a la maternidad.  Por el momento, el perfil de la mayoría de las mujeres que recurren a esta técnica responde a un “un nivel alto de educación y con trabajos satisfactorios, independientes económicamente y que, si tienen pareja, no suelen convivir con ella”, según explica la Dra. Valérie Vernaeve, directora médica de la Clínica Eugin y directora del simposio. 

A pesar de que se trata de una técnica desarrollada en pocos centros de reproducción asistida, suscita un gran interés desde el punto de vista médico, sociológico y psicológico. Estas tres perspectivas han sido abordadas durante el simposio, que ha contado con el respaldo de destacadas sociedades científicas nacionales, como la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y la Asociación Española para el Estudio de la Biología Reproductiva (ASEBIR). 

La Dra. Anna Veiga, presidenta de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE); la Dra. Laura Rienzi, co-fundadora de los centros de Medicina Reproductiva GENERA (Italia); y el Dr. Guido Pennings, catedrático de bioética en la Universidad de Gante (Bélgica) y Director del Instituto de Bioética de Gante (BIG), han sido algunos de los expertos que han intervenido aportando su visión acerca de las implicaciones médicas, psicológicas, éticas y demográficas que acompañan a esta técnica. 

Uno de los datos más llamativos expuesto durante el simposio ha sido el porcentaje de mujeres que conocen esta técnica gracias a haber mantenido una conversación con su médico. Si bien el 80% de las féminas que saben de la existencia de esta técnica ha conseguido la información gracias a Internet, sólo el 3% de las mujeres que ha oído hablar de ella reconoce que ha sido a través de un facultativo. 

Durante el debate “¿Es la vitrificación de ovocitos por razones sociales éticamente defendible?”, el doctor Guido Pennings ha enumerado algunos de los argumentos esgrimidos con más frecuencia a la hora de valorar la indicación de la vitrificación por razones sociales. Entre ellos, se ha referido a la teoría de quienes argumentan que posponer la maternidad por razones sociales no es comparable a los casos en que la vitrificación se indica por cuestiones médicas (por ejemplo, para preservar la fertilidad tras la quimioterapia), puesto que es la mujer quien elige voluntariamente retrasar la llegada del hijo y esta decisión no puede ser respaldada por la financiación pública del tratamiento. El doctor Pennings ha destacado que hasta la fecha no existe evidencia suficiente que avale esta teoría cuando la vitrificación de óvulos da respuesta a una elección personal de la mujer. 

Una técnica en auge debido al estilo de vida actual 

Al igual que las personas, los óvulos van envejeciendo con la edad y perdiendo progresivamente su calidad y capacidad para dar origen a un embarazo. De hecho, se estima que a partir de los 35 años, una de cada seis mujeres que decide tener hijos se encuentra con algún tipo de dificultad para lograrlo. Las estadísticas confirman, además, que pasados los 42 años es muy difícil que una mujer se quede embarazada con sus propios óvulos. 

Hasta hace pocos años, la vitrificación de óvulos se utilizaba únicamente bajo indicación médica y las mujeres que decidían posponer el momento de convertirse en madres se arriesgaban a presentar mayores dificultades para conseguirlo si esperaban demasiado tiempo. En los casos más extremos, una vez llegado el momento de querer tener hijos la única posibilidad era utilizar óvulos de una donante más joven. La Dra. Vernaeve explica que, gracias a esta técnica, “la calidad de los óvulos se mantiene inalterada a pesar del paso del tiempo”, concediendo así a la mujer la libertad de poder elegir en qué momento intentar ser madre. En definitiva, la vitrificación ovocitaria permite obtener tasas de fertilización y de embarazo equiparables a las obtenidas con los óvulos en fresco, que serán más elevadas cuanto antes se vitrifiquen dichos ovocitos.

Sobre la Clínica Eugin 

Desde su creación en 1999, la Clínica Eugin, ubicada en Barcelona, ha ayudado a construir más de 13.000 familias en toda Europa. En este tiempo, se ha convertido en el primer centro de reproducción asistida de Cataluña en cuanto a número de tratamientos realizados y en uno de los primeros centros de Reproducción Asistida Europeos. 

La clínica ofrece la ventaja exclusiva de realizar un diagnóstico online que contribuye a eliminar las listas de espera y hace más cómodo todo el proceso. Esta inmediatez ha permitido que algunas de las pacientes se hayan quedado embarazadas en menos de un mes. 

Además, el centro cuenta con el Certificado de Calidad Total de la certificadora alemana TÜV, convirtiéndose así en el primer centro europeo de Reproducción Asistida que cuenta con esta distinción. 

En términos nacionales, además de contar con certificaciones ISO de calidad, la Clínica Eugin se ha convertido en la primera clínica de tratamientos de reproducción asistida en España en sumar a su sistema de seguridad una nueva tecnología que aumenta su riguroso proceso de seguridad. De esta manera, demuestra nuevamente su compromiso por el bienestar de los pacientes.