Los días 29 y 30 de octubre se celebra en Madrid el III Simposio Iberoamericano de Tratamiento de Soporte y Paliación en Oncología, dirigido por el Dr. Manuel González Barón, Jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz y Director de la Cátedra de Oncología Médica y Medicina Paliativa de la Universidad Autónoma de Madrid; y el Dr. Eduardo Bruera, Director del Departamento de Control de Síntomas y Cuidados Paliativos en el M.D. Anderson Cancer Center en la Universidad de Texas, Houston.

Inaugurado por la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, reúne a más de 250 oncólogos, paliativistas y enfermeras de las unidades de oncología. Entre los objetivos de este simposio están actualizar los conocimientos en el tratamiento del paciente oncológico desde el punto de vista del tratamiento de soporte y de la paliación, remarcando la importancia del control de síntomas, los cuidados para este tipo de pacientes y la sedación. También se abordarán las novedades que en los últimos años se han producido en torno al soporte, al dolor y a los tratamientos de soporte y las controversias que han surgido al respecto, como la toxicidad que producen los nuevos fármacos antineoplásicos y su abordaje.

Control de síntomas

Para el Dr. González Barón, es fundamental controlar los síntomas en el paciente oncológico. Los síntomas son múltiples y variados, ?como el insomnio, las naúseas, vómitos o el estreñimiento, que en ocasiones lo produce la terapéutica analgésica, como los opioides. Cuando estos síntomas se abordan de manera adecuada se puede mejorar significativamente la calidad de vida del paciente?.

Otro de los síntomas claves es el dolor. ?Alrededor del 80% de los pacientes con cáncer padecen dolor derivado de la propia enfermedad y aproximadamente el 20% restante presenta dolor por los efectos del propio tratamiento, de los cuales la mitad refieren dolor neuropático, producido por la propia quimioterapia?, explica el Dr. González Barón.

El especialista de La Paz matiza que ?la sedación va unida al control de síntomas que no se pueden controlar por los medios habituales, ni aún subiendo las dosis de la medicación con la que se está tratando al paciente.

En estos casos, se requiere disminuir el nivel de conciencia. Estos síntomas, no ya de difícil control, sino refractarios, son los que indician la sedación?. Entre los síntomas más frecuentes están ?la disnea, la angustia vital incorregible por otros medios que no sea la sedación, ansiedad y angustia psicológica, sufrimiento, las hemorragias masivas y el dolor. Aunque el dolor es una indicación menos frecuente para aplicar sedación porque se puede controlar por medios ordinarios?.

Tratamiento inadecuado

Diversos estudios han demostrado que la mitad de los pacientes con cáncer que sufren dolor reciben tratamiento analgésico inadecuado. En este sentido, el Dr. Eduardo Bruera, Director del Departamento de Control de Síntomas y Cuidados Paliativos en el M.D. Anderson Cancer Center en la Universidad de Texas (Houston), explica que ?el dolor y muchos otros síntomas no son evaluados adecuadamente y por ello frecuentemente se los trata con excesivas o insuficientes dosis de analgésicos. El dolor en los pacientes con cáncer es un complejo multidimensional donde participan la invasión del tumor, pero también la ansiedad, depresión, expectativas del paciente y la familia, y la toxicidad de los medicamentos. Una evaluación de todos esos factores es crucial para tener éxito en aliviar el dolor?.

En definitiva, es fundamental hacer una adecuada evaluación de todos los factores de riesgo del paciente que están contribuyendo a la expresión dolorosa del paciente, además de valorar el propio tumor.

Por ello, se debe conocer el tipo o tipos de dolor desde el punto de vista fisiopatológico (somático, visceral o neuropático), irradiación, intensidad (medida con alguna escala objetiva), evolución a lo largo del día, las circunstancias exacerbantes y atenuantes, su interferencia con la vida diaria, los síntomas asociados, el impacto psicológico en el paciente y la respuesta a tratamientos previos. Sólo entonces se estará en condiciones de desarrollar un adecuado plan de tratamiento.

Con las medidas enunciadas por la OMS, que divide en tres escalones ascendentes las distintas opciones terapéuticas de las que se dispone, el dolor puede ser controlado en un alto porcentaje de casos. El correcto manejo de los distintos fármacos (AINES, opiáceos y coadyuvantes), el conocimiento de sus efectos secundarios, la pérdida del miedo a los opiáceos y el conocimiento de los distintos síndromes álgicos asociados al paciente oncológico, deben ir de la mano con la adecuada valoración del dolor según las distintas escalas, tanto en la fase de instauración del tratamiento, como en el seguimiento del paciente. Para el Dr. Bruera, ?los medicamentos opioides son los más efectivos. Esta familia de medicamentos incluye la morfina, hidromorfona, metadona, fentanilo, oxicodona, codeina e hidrocodona?. Actúan principalmente en el cerebro y son medicamentos que ?en manos de un medico con experiencia se toleran muy bien y alivian el dolor satisfactoriamente el la gran mayoría de los pacientes? .