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La Clínica Mayo descubre un uso prometedor del gen del cáncer de tiroides
Un estudio de la Clínica Mayo ha revelado que un gen mutante, del que se pensaba que aceleraba el crecimiento tumoral en los pacientes afectados de cáncer de tiroides, hace de hecho lo contrario: inhibe la propagación de las células malignas, lo que abre las puertas a posibilidades de nuevos tratamientos para el cáncer. Los descubrimientos han sido presentados por el Dr. Honey Reddi, investigador de la Clínica Mayo, en el Congreso de la Sociedad de Endocrinología que ha tenido lugar en Boston
El hallazgo del Dr. Reddi podría tener importantes consecuencias para la investigación del cáncer y el campo de la endocrinología, dado que podría ayudar a los oncólogos a perfeccionar el diagnóstico de ciertos tipos de cáncer de tiroides, así como orientar a los investigadores farmacéuticos sobre terapias derivadas de una proteína que hasta ahora era considerada como la causante del crecimiento tumoral.
“No se trata de un oncogén, como todo el mundo creía”, afirma el Dr. Reddi, refiriéndose a un gen que potencialmente puede causar cáncer. Y añade que “todos sabíamos lo que pasaba en el cultivo celular, pero nos decíamos que ‘no era suficiente’, así que nos preguntamos qué sucedería en los ratones”.
El cáncer de tiroides es el sexto cáncer más común en todo el mundo y entre el 15 y el 20% de todos los casos de cáncer de tiroides son foliculares, un tipo de cáncer más agresivo. Los descubrimientos del Dr. Reddi podrían ayudar al diagnóstico y al tratamiento de miles de pacientes.
Poder distinguir entre el cáncer de tiroides folicular maligno y el benigno supone todo un reto para los oncólogos. Para poder establecer un diagnóstico preciso del cáncer folicular maligno primero hay que extirpar la materia cancerosa, lo que obliga a realizar un sinfín de cirugías innecesarias en pacientes con tumores de tiroides benignos. Actualmente los pacientes que presentan tumores cancerosos no papilares en las células tiroides deben someterse a cirugía para extirpar el tumor, incluso si el cáncer es benigno.
La investigación del Dr. Reddi ha demostrado que la proteína de fusión PAX8/PPARy, desarrollada a partir de la mutación de un gen de fusión presente en la mayoría de carcinomas tiroideos foliculares, funciona como un tumor supresor mediante la estimulación (activando la producción natural) del microRNA-122 y el PTEN, dos agentes antitumorales que se generan de forma natural.
“El PAX8/PPARy es el resultado de la traslocación de material genético entre los cromosomas humanos 2 y 3. Estudios anteriores in vitro de la proteína PAX8/PPARy apuntaban a una rápida aceleración del crecimiento celular, lo cual hizo que los investigadores llegaran a la falsa conclusión de que el PAX8/PPARy funcionaba como un oncogén, un tipo de mutación del gen que estimula la propagación del tumor”, explica el Dr. Reddi.
Estudios in vivo de Mayo Clinic realizados con animales sugieren que el PAX8/PPARy estimula la famosa proteína anticancerígena PTEN, así como la microRNA-122, y que probablemente activa otras moléculas anticancerosas.
Según el Dr. Reddi, el PAX8/PPARy no fomenta la progresión del tumor cuando está expuesta a células cancerosas. En realidad, lo que hace es activar otras moléculas anticancerosas de origen natural, impidiendo la propagación del tumor. Los tumores de los ratones que están expuestos al gen PAX8/PPARy crecen de un modo casi cuatro veces más lento que los de aquellos que han sido privados de las propiedades anticancerígenas de la proteína.
De cara a futuras investigaciones, uno de los objetivos del equipo es la identificación de otros marcadores como el microRNA, lo que permitiría identificar una enfermedad benigna y evitar la necesidad de someter a los pacientes a una operación quirúrgica inmediata innecesaria.
Tras haberlo debatido con otros médicos de la Clínica Mayo, el Dr. Reddi afirma que “existen muchas complicaciones en las operaciones de tiroides y la detección precoz de marcadores podría evitar miles de operaciones innecesarias cada año. Estamos solo al principio, pero nuestro objetivo es trasladar estos resultados del laboratorio a la práctica lo antes posible”.
Otros miembros del equipo de investigación son el Dr. Bryan McIver, licenciado en Medicina y Cirugía, el Dr. Norman Eberhardt, Pranathi Madde, Dragana Milosevic, la Dra. Alicia Algerciras-Schimnich y Stefan Grebe, licenciado en Medicina, todos de Mayo Clinic. El traslado de esta investigación al ámbito clínico se ha realizado en colaboración con el Dr. Grebe. El estudio ha sido financiado por la Clínica Mayo, el Fraternal Order of Eagles y el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos. El Emslander Career Development Award ha patrocinado al Dr. McIver.
Clínica Mayo
La Clínica Mayo es el primer y mayor grupo hospitalario sin ánimo de lucro del mundo. Médicos de distintas especialidades trabajan juntos en el cuidado de los pacientes, aplicando unos sistemas comunes de trabajo y bajo la filosofía de “lo primero son las necesidades de los pacientes”.