Notas de prensa
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La Fundación IMO recomienda prevención frente a la retinopatía diabética, principal complicación de la diabetes
Un 90% de los pacientes diabéticos con más de 20 años de evolución presenta esta patología ocular, primera causa de ceguera irreversible en edad laboral, aunque evitable si se actúa a tiempo
La retinopatía diabética es la enfermedad vascular más frecuente de la retina y representa la primera causa de ceguera irreversible en edad laboral, ya que los pacientes diabéticos tienen 25 veces más probabilidades de pérdida total de la visión que el resto de la población. Sin embargo, esta pérdida severa de visión casi siempre es evitable, ya que una respuesta temprana y adecuada a la enfermedad permite reducir el riesgo de ceguera en más del 90% de los casos.
Además de someterse a revisiones regulares desde el mismo momento del debut de la diabetes, los especialistas recomiendan adoptar hábitos de vida saludables –seguir una dieta equilibrada, no fumar y realizar ejercicio moderado- e inciden en la necesidad de llevar un estricto control metabólico de los principales factores de riesgo, como la glucemia, la presión arterial y los lípidos plasmáticos. Oftalmólogos y endocrinólogos coinciden en que, aunque los efectos de la descompensación no son visibles de forma inmediata, se acaban pagando a medio y largo plazo.
Abordaje integral
Si tenemos en cuenta que alrededor de un 13% de la población española padece diabetes, considerada ya una pandemia por su exponencial crecimiento, se hace patente la necesidad de poner freno a la enfermedad. En este sentido, el tiempo transcurrido desde el inicio de la diabetes y el grado de control de la patología son dos factores clave. De ahí la importancia de la prevención y tratamiento precoz e integral, como pretendió promover hace un año el Curso sobre el abordaje integral de las complicaciones oculares del paciente diabético, impulsado por la Unidad de Retinopatía Diabética del IMO, en colaboración con Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR).
Entre las conclusiones del curso, destacó la necesidad de intensificar los controles oftalmológicos y las pruebas de detección precoz en atención primaria y ópticas como dos de las medidas preventivas más importantes para hacer frente a la retinopatía diabética y reducir así el elevado riesgo de ceguera que se deriva de la diabetes. En este sentido, cada vez son más los centros de atención primaria que cuentan con cámaras no midriáticas (máquinas que obtienen fotografías de la retina sin necesidad de dilatar la pupila), para realizar un primer cribado de los pacientes diabéticos. Sin embargo, “todavía hoy aparecen en la consulta del oftalmólogo pacientes con diabetes que ya han desarrollado una retinopatía diabética o un edema macular diabético y que no sabían que tenían que haberse realizado controles oftalmológicos para prevenir el avance de estas lesiones”, destaca la Dra. Anniken Burés.
Por su parte, el Dr. José García-Arumí, especialista en retina del IMO y Jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Vall d’Hebron, afirma que es fundamental “intensificar los protocolos de coordinación interprofesional en el seguimiento del paciente con diabetes, una enfermedad crónica con muchas complicaciones asociadas y cuya incidencia no deja de crecer”. Retinopatía diabética La retinopatía diabética es la enfermedad vascular más frecuente de la retina, cuyos vasos sanguíneos quedan dañados por la descompensación metabólica de la diabetes. De ello se deriva la creación espontánea de nuevos vasos frágiles que pierden fluido, lo que puede afectar a la visión de forma muy importante. Según la zona afectada y el grado de desarrollo de la enfermedad, los especialistas disponen de diferentes opciones de tratamiento, como la fotocoagulación con láser, las inyecciones intravítreas o la cirugía (vitrectomía). Otras complicaciones visuales asociadas a la diabetes, como el glaucoma o las cataratas, requieren tratamientos específicos.