Notas de prensa
- VIH
- General
La afectación renal en personas con infección por VIH es frecuente y tiene una implicación pronóstica
- Las alteraciones renales y neurocognitivas asociadas al VIH provocados por el tratamiento han sido los temas abordados en este taller del proyecto Implícate
- Carmen Martín, presidenta de ACCAS, ha recalcado que este tipo de jornadas tienen como objetivo “ser una herramienta más para la autogestión de la enfermedad”
Santander, 22 de julio de 2014.- La Asociación Ciudadana Cántabra Antisida (ACCAS) con la colaboración de la biofarmacéutica AbbVie ha celebrado en Santander un taller formativo para concienciar a 30 asociados/as de la importancia que tienen los hábitos de vida, el tratamiento y las comorbilidades en la calidad de vida a largo plazo, destacando también los aspectos positivos del tratamiento antirretroviral frente a los posibles efectos adversos.
Se trata de una acción más del proyecto Implícate para incrementar el conocimiento acerca de la infección y contribuir a mejorar la calidad de vida a largo plazo de las personas que viven con VIH. En concreto, ha sido el doctor Santiago Echevarría, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), el encargado de impartir este taller en el que se han abordado diferentes aspectos de la enfermedad que influyen en el día a día de las personas que viven con VIH.
Alteraciones renales y neurocognitivas asociadas al VIH
Las personas con VIH presentan distintas necesidades y problemas específicos que condicionan la elección del tratamiento. Debido a un buen control de la infección, cada vez es más importante preservar la calidad de vida y controlar los efectos secundarios a medio y largo plazo. Al mismo tiempo, existen una serie de complicaciones asociadas al envejecimiento que, en personas con VIH, tienen lugar de forma prematura. Para ello, el programa Implícate aborda temas como alteraciones neurocognitivas, renales, cáncer, menopausia, osteoporosis y riesgo cardiovasculares.
En concreto, el experto ha abordado las alteraciones renales, muy relacionadas con el aumento de la esperanza de vida y el correspondiente envejecimiento de la población con VIH, pero también con algunos antirretrovirales que pueden empeorar el funcionamiento del riñón, especialmente cuando hay otras patologías o tratamientos que también son tóxicos para este órgano. Estudios demuestran que el 30% de las personas con VIH sufre alteraciones renales relacionadas con las toxicidades del tratamiento que se agravan en función de la edad y del tiempo de convivencia con la infección. Por este motivo Echevarría ha resaltado la necesidad de anticipar un adecuado cribado de la enfermedad, realizar evaluaciones periódicas, así como mantener un seguimiento y ajuste de fármacos potencialmente nefrotóxicos en los casos en que sea necesario. “La afectación renal en el paciente con infección por VIH es frecuente y tiene una implicación pronóstica. Para evitar su progresión es necesario detectarla precozmente”.
Asimismo, Echevarría ha trasladado la necesidad de tratar los deterioros neurocognitivos como la depresión y la ansiedad. “Para cualquier paciente crónico, el hecho de afrontar su enfermedad le hace pasar por un proceso psicológico que le obliga a enfrentarse a ello todos los días. Por ello, es más frecuente la aparición de trastornos como depresión o ansiedad en enfermos crónicos que en la población general. En el caso de los pacientes infectados por VIH, la incidencia de trastornos psicológicos es mayor que en otro tipo de pacientes crónicos. Hay que tener en cuenta factores fisiológicos relacionados con el virus que pueden empeorar este malestar emocional. Por tanto, la patología neurológica en los pacientes VIH preocupa cada vez más a médicos y pacientes”.
El experto ha concluido que los pacientes viven más tiempo, prácticamente como la población general, por esto es importante hacer programas de prevención y disminuir el retraso diagnóstico. “Para conseguir una buena calidad de vida no solo hay que controlar la propia infección por el VIH y las enfermedades oportunistas que ella origina, sino también evitar o revertir las posibles comorbilidades y los efectos adversos del tratamiento antirretroviral”.
El VIH en Cantabria
Carmen Martín, presidenta de ACCAS, ha valorado durante esta jornada de formación la contribución de Implícate en el plano educativo: "el objetivo es ser una herramienta más para la autogestión de la enfermedad por parte de los pacientes. En la actualidad, con la cronificación de la infección, son más los pacientes que acuden a nosotros para buscar información asequible y fácil de entender sobre su proceso, además de ayuda y acompañamiento”.
El 82% de los nuevos diagnósticos de VIH tienen su origen en las prácticas sexuales no protegidas y más del 40% de estos diagnósticos son tardíos. Como indica Carmen Martín, “este retraso en el diagnóstico acarrea un mayor riesgo de enfermedad e incluso muerte, disminuyen la esperanza y calidad de vida. Se atribuye principalmente a que no se cree que se ha estado en riesgo de infectarse por VIH”. Por tanto, la presidenta de ACCAS ha manifestado durante el taller la importancia de la implicación de todas las partes: “Aunque en la actualidad el tratamiento se ha simplificado y facilita muchísimo su cumplimiento a los pacientes, se requiere una buena monitorización de la evolución de la infección y de las patologías que se le pueden asociar. El mejor abordaje socio sanitario y favorecer la buena adherencia al tratamiento es fundamental para prevenir nuevas infecciones. El tratamiento es una estrategia más en respuesta al VIH/Sida”.
Campaña “Implícate”
Las asociaciones de pacientes Apoyo Positivo, Hispanosida y Adhara junto con un comité de médicos especialistas en VIH con la colaboración de AbbVie comenzaron en septiembre de 2013 una campaña de concienciación bajo el nombre “Implícate en tu VIH. Responsabilízate de tu salud”, con el objetivo de mejorar la calidad de vida a largo plazo de las personas que viven con VIH, contribuir a normalizar la enfermedad eliminando el estigma asociado a ella, implicar a todos los agentes sociales en la defensa de los derechos de estas personas y concienciar a todos los ‘implicados’ en el manejo del VIH.