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Las mujeres mayores sufren peores condiciones de salud que los hombres
Unos 1000 expertos en medicina de la mujer se reúnen los días 19, 20 y 21 de febrero en el Colegio de Médicos de Madrid
Las mujeres mayores sufren más discapacidad pero cuidan más de familiares dependientes
Uno de los retos que se plantearán en SAMEM 14 es “identificar a aquellas mujeres con factores de riesgo que se encuentran en la posmenopausia”, según su coordinador. Esas medidas deben ir encaminadas a “difundir información sobre el envejecimiento normal, centrar la atención en los principales problemas de salud con la edad y orientar la investigación a mejorar su estado de salud con estudios que aumenten el número de mujeres en ensayos clínicos”, indica. Para ello hay que tener en cuenta también las diferencias genéticas, hormonales y sociales entre ambos géneros, “lo que a menudo no sucede”, advierte.
Las diferencias genéticas desde la fecundación originan “un desarrollo del sistema nervioso central distinto, lo que mantiene las diferencias en la función neuronal, modula el comportamiento, la fisiología cerebral y las funciones neuroendocrinas”, comenta el doctor Palacios. Por lo tanto, la genética, las hormonas y las diferencias sociales podrían explicar “la mayor prevalencia femenina de la osteoporosis o la depresión, la diferencia en la evolución de ciertas enfermedades cardiovasculares, o el diverso comportamiento de los analgésicos”, añade.
Diferencia de patologías
También existen diferencias por género en las patologías crónicas. Las más frecuentes en el femenino son la artrosis o reumatismo, el dolor de espalda crónico lumbar y el dolor de espalda crónico cervical. En cuanto a las causas de muerte, la principal en las mujeres son las enfermedades del sistema circulatorio, seguidas de los tumores (al contrario que los hombres). “El problema son las cargas familiares, del hogar, etc.; que acaban soportando las mujeres en su mayoría y que les resta tiempo para su cuidado personal”, indica el doctor Palacios. El tiempo medio dedicado por las féminas al hogar y la familia es de cuatro horas frente a las dos de los varones y las excedencias para el cuidado de familiares es casi seis veces superior (5.245 frente 877 en 2012), según el Instituto de la Mujer.
Además, ellas son más dependientes. Según el INE, tienen mayor dependencia funcional para el cuidado personal, para las labores domésticas o para la movilidad. También sufren más discapacidad que los hombres de su misma edad y la diferencia es más pronunciada con el envejecimiento: de 65 a 74 años la sufren un 30% de ellas frente a un 22% de ellos. Entre los 74 y los 84 años la padecen la mitad de las mujeres frente a un tercio de los varones, según esta fuente.
Entre los determinantes sociales que contribuyen a “empeorar la salud de las féminas se encuentran la pobreza económica ya que, al hacerse mayores, suelen tener peores pensiones y mayor escasez de recursos, lo que dificulta su acceso a la sanidad y a determinados alimentos o medicamentos”, asegura el doctor Palacios. El importe medio de la pensión por jubilación era de 662 euros en mujeres y de 1.106 euros en hombres, según datos de 2012 recogidos por el Instituto de la Mujer.