Notas de prensa
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Las nuevas terapias dirigidas seguirán incrementando la eficacia de la quimioterapia en cáncer de mama
Uno de los avances más importantes en la última década ha sido el desarrollo de trastuzumab, un anticuerpo monoclonal dirigido a los tumores que sobreexprensan el gen HER2, que todavía no ha tocado techo
El descubrimiento del gen HER 2 y el desarrollo de anticuerpos monoclonales e inhibidores de la kinasa han representado un cambio de paradigma en la oncología médica
Los factores pronóstico y los marcadores de respuesta al tratamiento es una de las áreas de investigación más activas en este tumor
El reto es identificar cuáles son los genes que determinan el curso clínico del tumor para seleccionar el tratamiento más adecuado
“Las nuevas terapias dirigidas seguirán incrementando la eficacia de la quimioterapia en cáncer de mama”. Así lo ha manifestado el doctor Francisco Javier Esteva, del MD Anderson de Texas (EEUU) en el marco del VIII Simposio Internacional GEICAM que hoy comienza en La Coruña y al que asisten más de 350 expertos de toda España en la detección y manejo de este tumor.
El cáncer de mama no es una enfermedad única, ya que existen diferencias biológicas en las células de los distintos tumores, que lo convierten en patologías distintas, incluso con una evolución y tratamiento particular. “Teniendo en cuenta esto”, subraya el doctor Esteva, “el pronóstico de un paciente depende en gran parte de la expresión génica del tumor. Saber esto nos ha permitido identificar dianas terapéuticas y desarrollar tratamientos más eficaces”.
Por su parte, el doctor Miguel Martín, presidente de GEICAM, explica que “cada tumor se desarrolla y evoluciona de forma distinta. Gracias a los avances de la biología molecular se están conociendo cuáles son los factores pronósticos de la enfermedad en un paciente concreto, por lo que cada vez se tiende más a realizar tratamientos individualizados a través de test biológicos que nos indican la agresividad con que evoluciona la enfermedad y a qué tratamientos es sensible”.
Uno de los avances más importantes en la última década ha sido el desarrollo clínico de trastuzumab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra el oncogen HER2. “Con estas nuevas terapias biológicas”, apunta el doctor Esteva, “se pueden incrementar la eficacia de las quimioterapias clásicas. El descubrimiento del HER2 y el desarrollo de los anticuerpos monoclonales e inhibidores de la kinasa han representado un cambio de paradigma en la oncología médica. El cáncer de mama en este sentido es un modelo a seguir para otros tipos de cáncer. En la última década ha mejorado la supervivencia, incluso en pacientes con enfermedad avanzada, debido a la incorporación de tratamientos endocrinos, quimioterapias y tratamientos dirigidos a alteraciones genéticas”.
Contar con una terapia biológica que actúa específicamente frente a los tumores que sobreexpresan HER2 hace necesario seleccionar previamente a las pacientes que pueden beneficiarse del fármaco. Por eso, la determinación de HER2 tiene un valor no sólo diagnóstico sino también predictivo de la respuesta al tratamiento.
Un tratamiento para cada tipo de tumor
Cada vez se dispone de más tratamientos individuales que responden no sólo en función de los criterios clásicos, que han sido el tamaño del tumor y la afectación de los ganglios, sino también de las alteraciones biológicas de las células tumorales. “Estas características”, afirma la doctora Ana Lluch, del Hospital Clínico de Valencia y miembro de GEICAM, “están determinadas a través de los test biológicos que nos indican la agresividad con que evoluciona el tumor y el tipo de tratamiento que se precisa para cada tipo de pacientes”, explica.
Actualmente se han identificado cuatro perfiles de mujeres con cáncer de mama a las cuales se les administra la terapia en función de este perfil genómico. El 40-50% de las pacientes desarrollan un tipo de cáncer de mama que se denomina luminal A: son los menos agresivos y responden a los tratamientos con hormonas. “Si el tumor es de este tipo, pero es un poco más agresivo se clasifica como luminal B y afecta a un 15-20% de las pacientes, donde también expresan los receptores hormonales. Aunque en este grupo tenemos menos claro el tipo de tratamiento, lo más habitual es que se administre quimio y hormonoterapia”, explica la doctora Lluch.
Un tercer subgrupo de mujeres está integrado por las triple negativas (un 18% de los casos de cáncer de mama), en las que no se conoce ningún receptor, ni hormonal ni de factores de crecimiento, que ayude a identificar de qué tratamiento se pueden beneficiar. “Son el grupo para el cual disponemos de menos opciones, aunque sabemos que también se benefician de la quimioterapia, concretamente de las sales de platino y de los taxanos. Además, actualmente para estas pacientes, que se caracterizan por tener una alteración en su ADN, se dispone de los inhibidores del PARP dirigidos precisamente a esta alteración”. Por último, está el subtipo de pacientes que sobrexpresan el receptor HER2; son un 20-25% de las pacientes. “Se beneficien significativamente”, señala esta experta, “de los tratamientos quimioterápicos con antraciclinas y taxanos y, sobre todo, de los tratamientos biológicos, como son actualmente el trastuzumab y el lapatinib”.
Para el doctor Martín, los tratamientos individualizados que permiten desarrollar los estudios genéticos “son más eficaces y seguros, ya que van dirigidos únicamente a las células afectadas por el cáncer, al tiempo que disminuyen considerablemente los efectos secundarios en la paciente, con el consiguiente beneficio para su calidad de vida. Creemos que en el futuro se podría tratar el cáncer de mama sin apenas cirugía, haciendo una biopsia para ver qué tipo de cáncer es y realizando estudios genómicos para tipificarlo y caracterizarlo”.
Una nueva pauta en cáncer de mama precoz
En el caso del cáncer de mama precoz, gracias a una investigación de GEICAM, el estudio 9805/Target 0, las pacientes cuentan con una nueva pauta de tratamiento. La investigación ha probado que la quimioterapia con docetaxel reduce en un 32% el riesgo de recaída tras la cirugía en mujeres con un tumor de mama detectado en fase precoz, cuando el cáncer aún no se ha extendido a los ganglios linfáticos (sin afectación axilar o ganglios negativos).
El objetivo del estudio era determinar la eficacia de añadir docetaxel (Taxotere®) a adriamicina y ciclofosfamioda (TAC) en comparación a la pauta estándar con 5-fluorouracilo, adriamicina y ciclofosfamida (FAC). El estudio ha avalado científicamente la aprobación por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de una nueva indicación de docetaxel en cáncer de mama. “Este trabajo marca un hito en la investigación del cáncer de mama en nuestro país y pone de relieve el alto nivel de la oncología española. Por primera vez un estudio español, realizado por un grupo de investigación independiente y con pacientes españolas, ha establecido un nuevo estándar en el tratamiento de este tumor en su estadio más inicial. Una muy buena noticia para las pacientes, y señal inequívoca del excelente nivel de investigación en nuestro país”, concluye el presidente de GEICAM.