Madrid, 19 de febrero de 2015. Los efectos beneficiosos que podría tener sobre el organismo el consumo moderado de bebidas fermentadas, como el vino o la cerveza, ha sido el tema central de la ponencia del Dr. Henk Hendriks, Director del Departamento de Fisiología Humana del Instituto de Alimentación y Nutrición de los Países Bajos, investigador europeo de referencia sobre el efecto del consumo moderado de alcohol en la salud cardiovascular. La conferencia se ha desarrollada en el marco de las XIX Jornadas de Nutrición Práctica que han tenido lugar en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. En las jornadas, que cuentan con la participación de distintos profesionales del campo de la salud y la nutrición, se ha debatido, entre otros, el papel de la alimentación en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Numerosas evidencias científicas confirman
la relación entre un buen estado nutricional y la prevención de diversas enfermedades. En este sentido, la carencia o el exceso de distintas sustancias nutritivas en el organismo pueden orientar sobre el riesgo de padecer o desarrollar diversas patologías. Entre los factores de un estilo de vida saludable, como la actividad física o la dieta, y que están asociados con un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, podría sumarse el consumo moderado de bebidas con contenido alcohólico. Según la revisión bibliográfica
[1] del Dr. Hendriks, “
el consumo moderado de alcohol puede proteger también del riesgo de padecer enfermedades coronarias al elevar los niveles de HDL en sangre”.
El Dr. Henk Hendriks ha señalado durante la conferencia que los efectos protectores que la cerveza puede tener sobre el sistema cardiovascular se deben a los nutrientes derivados de sus ingredientes naturales, entre los que destacan las vitaminas del grupo B y los polifenoles o antioxidantes naturales, que poseen una capacidad antiinflamatoria, capaz de evitar los daños que se puedan generar en el ADN de las células ante situaciones de estrés y que pueden favorecer mejores niveles de colesterol total en sangre.
La ponencia ha sido moderada por el Prof. Jesús Román Martínez, Presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) quien ha recordado que la cerveza es una bebida milenaria elaborada con ingredientes naturales (agua, cerveza y lúpulo) y con bajo contenido alcohólico, cuyo consumo moderado podría aportar nutrientes a la dieta habitual así como otros compuestos beneficiosos para la salud. En palabras del Prof. Martínez “su composición la diferencia del resto de bebidas y le confiere un especial interés nutritivo, por lo que siempre ha estado ligada a la Dieta Mediterránea clásica”. Asimismo, ha explicado que esta bebida fermentada ya formó parte en la Antigüedad de la cultura mediterránea, por lo que “tiene derecho a reclamar su protagonismo como ingrediente de uno de los modelos alimentarios más saludables del planeta”.
Ambos doctores han recalcado que “es importante destacar que cuando hablamos de consumo moderado de cerveza, nos referimos a 1-2 cañas al día para las mujeres y de 2-3 para los hombres”.
Salud cardiovascular y consumo moderado de cerveza
El Dr. Hendriks ha investigado los niveles en sangre del aminoácido homocisteína, el cual se comporta como un marcador de distintos accidentes cardiovasculares. Según sus observaciones, parece existir una relación directa entre niveles excesivos de homocisteína en sangre y la predisposición a desarrollar enfermedades como la arterioesclerosis o la trombosis.
Si bien algunas bebidas pueden aumentar los niveles de homocisteína en sangre, este proceso no ocurre en el caso de la cerveza, debido a la gran cantidad de vitaminas del grupo B, y especialmente de vitamina B6, que se encuentran en su composición. El Dr. Hendriks ha señalado señala que “La cantidad de vitamina B6 de la cerveza parece ser suficientemente significativa como para evitar que se incrementen los niveles de homocisteína en sangre”.
El Dr. Henk Hendriks ha concluido su ponencia matizando que uno de los factores principales que reducen la mortalidad es poseer una buena salud cardiovascular. Y en este sentido, y según la revisión bibliográfica
[2],
el consumo moderado de bebidas con baja graduación alcohólica podría reducir el riesgo de padecer este tipo de enfermedades. El Dr. Hendriks apunta que esta asociación no sólo se observa para el infarto de miocardio, la enfermedad cardiovascular más común, sino también para otras enfermedades cardiovasculares como la apoplejía, la enfermedad de la arteria periférica y la dementia.
Dieta Mediterránea, salud cardiovascular y cerveza
Existen numerosas investigaciones científicas que hablan de la relación existente entre el consumo moderado de cerveza y la salud cardiovascular. El estudio “Intake of fermented beverages protect against acute myocardial injury: Target organ cardiac effects and vasculoprotective effects”, dirigido por la Dra. Lina Badimón, Directora del Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) y la Dra. Gemma Vilahur, investigadora de dicho centro y publicado en la Revista Basic Research in Cardiology, concluye que el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, favorece la fibrosis reparativa en el corazón dañado, lo que deriva en un menor tamaño de la cicatriz y una mejora en el funcionamiento cardíaco global.
El estudio explica que la ingesta moderada de cerveza puede mejorar el perfil lipídico, aumentar la calidad de las partículas de HDL (colesterol bueno o cardiosaludable) y reducir el estrés oxidativo sin que exista alteración de la masa corporal. La ingesta moderada de cerveza puede proteger frente a lesiones miocárdicas agudas asociadas al infarto y favorecer la función cardíaca global.
Asimismo, diversas investigaciones han demostrado que el seguimiento de la Dieta Mediterránea se asocia con una menor mortalidad cardiovascular. Es el caso del estudio PREDIMED, avalado por los principales grupos de investigación sobre nutrición y enfermedad cardiovascular de nuestro país, ha demostrado que el patrón alimentario próximo a la Dieta Mediterránea tradicional permite reducir hasta en un 30 por ciento el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, ictus o muerte cardiovascular) en pacientes de alto riesgo cardiovascular.
En el marco de dicha investigación, se realizó un estudio denominado “Cerveza, Dieta Mediterránea y enfermedad cardiovascular” en el que se analizó el patrón alimentario global de los consumidores moderados de cerveza frente a los no consumidores y se concluyó que las personas que consumían cerveza habitualmente de forma moderada presentaban una menor incidencia de diabetes mellitus e hipertensión (factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares), así como unas cifras mayores de HDL o colesterol bueno y menores de LDL o colesterol malo.
Centro de Información Cerveza y Salud
Desde su fundación en 1998, el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), entidad de carácter científico que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud, ha querido dar respuesta a la demanda informativa existente en nuestro país en torno a esta bebida apoyando todas aquellas iniciativas relacionadas con su investigación y proporcionando a los profesionales sanitarios y la sociedad información objetiva y contrastada, bajo la supervisión de los profesionales de la medicina, la dietética y la nutrición que conforman el Comité Científico de esta entidad.
[1] Bofetta and Garfinkel. Alcohol drinking and mortality among men enrolled in an American Cancer Society prospective study. Epidemiology (1990) 1:342-348.
Ronksley PE et al. Association of alcohol consumption with selected cardiovascular disease outcomes: a systematic review and meta-analysis. BMJ (2011) 342:d671
[2] Mukamal KJ et al. Alcohol consumption and risk for coronary heart disease in men with healthy lifestyles. Arch Intern Med (2006) 166:2145-2150
Mukamal KJ et al. Drinking frequency, mediating biomarkers, and risk of myocardial infarction in women and men. Circulation (2005) 112:1406-1413