Notas de prensa
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Planificar adecuadamente la gestación, clave para las mujeres con artritis reumatoide o espondiloartritis
Más del 90% de las mujeres con enfermedades reumáticas inflamatorias en edad fértil optan por la maternidad cuando logran el control de su enfermedad
La Dra. Jacqueline Usón destaca que se puede lograr una buena calidad de vida gracias al diagnóstico precoz y la figura del paciente informado
Muchas de estas mujeres diagnosticadas desearán quedarse embarazadas mientras se encuentren en tratamiento, una decisión que "más del 90% de las mujeres llevará a cabo sin problema cuando tenga controlada la enfermedad", explica la Dra. Usón. "La clave está en planificar adecuadamente y con tiempo la gestación, aprovechar los periodos de remisión donde no hay apenas síntomas para así suspender antes de la concepción fármacos potencialmente tóxicos para el embrión como el methotrexate y la leflunomida". Según esta reumatóloga, aunque hay casos de mujeres que en tratamiento con terapias biológicas se han quedado embarazadas y la gestación ha continuado sin problemas, es necesario abandonar esta medicación antes del embarazo.
Hoy en día, asegura esta especialista, lograr que la enfermedad esté bien controlada es posible gracias al amplio arsenal terapéutico disponible y las terapias biológicas. "Podemos mejorar de forma evidente la calidad de vida de la paciente y esto mejora el estado físico y psicológico de las mujeres, lo que hace que cada vez un mayor número de ellas opten por la maternidad", señala la Dra. Usón.
Recomendaciones durante y después del embarazo
Durante el embarazo, el reumatólogo observará si aparecen de nuevo los síntomas, aunque en principio, "una paciente con artritis reumatoide o espondilitis no requiere un mayor control que cualquier otra embarazada, que también procurará engordar el menor número de kilos posible y deberá hacer ejercicio". Generalmente durante el embarazo no hay brotes inflamatorios pero si puede haber en el postparto y durante la lactancia. Por ello, tras la lactancia -que es recomendable que no sobrepase los 3 meses-, y siempre y cuando la mujer lo necesite, se podrá retomar sin problemas el tratamiento. Lo importante, señalan los especialistas, es que las mujeres con enfermedades reumáticas inflamatorias tengan un buen conocimiento sobre ellas y sepan cómo actuar, ya que esto favorecerá un mejor control de la patología y una mayor calidad de vida a largo plazo.